miércoles, 26 de abril de 2023

 

CASA DE LOS VILLALBA, HOY COLEGIO DE SAN JOSE

Continuando por la Calle Sancho Polo hacia la plaza del Salvador, nos encontramos el Colegio de San José, antigua casa de los Villalba.

Las fachadas de esta mansión se alzan frente al Convento de las Idelfonsa y frente a la iglesia del Salvador., nada nos dice de los notables restos arqueológicos y armeros que en su interior se conservan. Bajo el arco que une el colegio de San José y la casa de enfrente, destaca un interesante blasón de granito, sobre una robusta cartela. Sus armas en el día de la fecha no se han podido filiar.



Dentro del colegio hay un patio columnado, aunque sus arcos se encuentran cegados, pues muestran una serie de escudos, de piedra y esgrafiados, con las armas de sus propietarios.


Son notables los azulejos policromados del edificio en general. Arriba, sobre una entrada a unas de las salas, se puede ver una portada de granito, decorada con granadas (ornamentación que se hace típica luego de la reconquista nazarí, y en la clave del arco un escudo del dueño de la mansión.


En el comedor de la casa aún se encuentra intactos los artesonados primitivos que son un tratado de del arte de la talla de madera, ejecutados en casetones octogonales, soportados por vigas que se decoran con rosas y otros motivos florales.

El placentino Luis de Toro señala la casa en su plano con la letra T. Fray Alonso Fernández, en 1627, señala que el edificio pertenecía a Juan de Villalba, bisnieto del famosos coronel Villalba y que el lugar era uno de los más notables de la ciudad.

 


Don Antonio María Fernández de Córdoba, Zúñiga, Dávila y Pimentel, Marqués de Mirabel, decide en el año 1.844 fundar un Colegio de Niñas Huérfanas, el cual estará regido por el Obispo, el alcalde, el Juez de Primera Instancia, y el Procurador Síndico. Haciendo constar en su testamento que” no falten los alimentos ni demás gastos que sean necesarios e vestir y calzar a las niñas, y botica y facultativos y gratificación que ha de darse a las monjas todos los años, que deberá ser de trescientos veinte reales a cada una de ellas”. La edad de admisión de las niñas será entre cinco y ocho años, y “solo podrán estar en el Colegio hasta los veinticinco, si antes no hubieren salido por razón de posesión, matrimonio o estado religioso”


El marqués no pudo ver realizada su fundación, ya que murió en mayo de 1.845, y fue su sobrino y sucesor don Pedro Fernández de Córdoba el que inauguró el colegio en el año 1.848.


En el año 1.908 el capital de esta fundación era de 419.450 pesetas, y la renta fue 40.940 pesetas.


Cuando el marqués de Mirabel funda el Colegio de San José, en la antigua casa del coronel Villalba, entrega la dirección de este a las religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos. Para su dirección vinieron de Madrid en el mes de abril del año 1848 tres religiosas acompañadas de la Madre Bonnat, la cual era preceptora de las infantas, su nombre completo era Rita Bonnat Dezermeaux, conocida como madre Emmanuel.



La pequeña "colonia" se puso en camino en el año 1949, formando parte de los viajeros como capellán el padre Miranda. En aquella época no existían caminos, habiendo de recorrer el itinerario a través de bosques como los tiempos medievales o en carretas, este último el más adoptado, tardando cinco días en recorrer la distancia entre Madrid y Plasencia, deteniéndose todas las noches en posadas, excepto la última que la tuvieron que pasar en medio del bosque.


El mantenimiento de la fundación se hace con las rentas de los bienes que esta posee. Entre estos bienes hay varias fincas, las cuales se arriendan en pública subasta. Concretamente el año 1.960 las fincas que están en el pueblo de Talayuela salieron a subasta en las siguientes cantidades: Finca “Alcornocel”, 85.000 ptas. - Finca “Tórdiga y Peluca”, 285.000 ptas. - Finca “Hitos y Calderuela”, 140.000 ptas. - Finca “Cerroverde Norte”, 175.000 ptas. Finca “Cerroverde Sur”, 125.000 ptas.


Esta congregación fue la fundadora del Hogar de Nazaret en Plasencia, el cual tiene como misión la recogida de personas mayores con pocos o ningún recurso económico. El principio de esta fundación fue en una casa de la calle de Trujillo, propiedad del Obispado, y los recursos económicos fueron muy deficientes. Poco a poco, se solucionaron los problemas, y hoy dispone de un amplio y moderno edificio, en la zona de “La Data”, que en nada recuerda al de la fundación.



Así mismo, estas religiosas han ejercido una labor social y pastoral en varias parroquias de la ciudad, como la del Rosal de Ayala, haciendo el trabajo que luego asumirían las trabajadoras sociales.


Por la fundación de San José han pasado en este siglo y medio de vida miles de chicas huérfanas, las cuales han recibido una educación y una alimentación adecuada, gracias a la cual han tenido un desarrollo normal, dejando atrás el fantasma de las enfermedades y malformaciones debidas a la falta de alimentos básicos por pertenecer, muchas de ellas, a familias con un nivel de vida muy bajo.


Por motivos varios, como son la falta de vocaciones, reestructuración de la orden, etc.… la dirección de las religiosas de la Sagrada Familia decidió que a finales del curso 2006-7, las hermanas abandonaran Plasencia. Desde hacía unos años, el número de religiosas había bajado, llegando a quedar en este último solamente tres hermanas.


En el mes de septiembre de 2007, abandonaron el colegio las últimas monjas, quedando en manos de una cooperativa de profesores, los cuales seguirán, impartiendo la docencia con la misma ideología católica que ha impartido desde su fundación.


                                                   José Antonio Pajuelo Jiménez.

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viernes, 14 de abril de 2023

CASA DE CATALINA JIMENEZ DEL BARCO O CASA DE LOS AVELLANEDAS.

 

CASA DE CATALINA JIMENEZ DEL BARCO O CASA DE LOS AVELLANEDA.

 

Se conserva claramente su espléndida portada de largas dovelas almohadilladas, con dos lobos en el centro. Dara del siglo XVI. Hace ya bastantes años se malvendieron los dos artísticos medallones con sendos relieves colocados a uno y otro lado del arco de la puerta. Su dueña doña Catalina, la edificó con vistas a fundar en ella un hospital, propósito que no se llevó a efecto. Permanece el escudo (dos lobos pasantes) que son las armas de los Avellanedas[1]. Mélida hace resaltar el singular despiezo de los sillares y las largas dovelas almohadilladas que encajan unas con otras por unos salientes semicirculares.

 

Este hospital quiso fundarlo Doña Catalina Jiménez del Barco, viuda de Juan Alfonso Fernández, en las casas que poseía al final de la calle de Sancho Polo. Para ello nombró ejecutores de su testamento al Guardián de San Francisco, al regidor de la ciudad, al bachiller Fernando Ferrera, a Alfonso de Montoya, a Juan de Almaraz y al licenciado Gutierre Álvarez. Las escrituras de este acto se realizaron el día 20 de diciembre de 1.471. Se nombró administrador de los bienes a Juan Correa, el cual había sido criado de doña Catalina.


En 1.472 se empezó la obra, haciéndose la portada de piedra con dovelas almohadilladas y con la entrada en arco de medio punto. Encima de la entrada se ven dos lobos, a los lados de la puerta había dos medallones con figuras en alto relieve, estos medallones ya no están, pues hace unos años se vendieron. Los canteros fueron Lorenzo López y Nuño Xara.

Pero fueron denunciados los bienes del patronato por doña María Jiménez, la cual reclamaba la dehesa de la Herguijuela, como patrimonio de sus hijos.


Al pararse las obras mientras se aclaraban las propiedades, la duquesa doña Leonor volvió a denunciar la no terminación del hospital y a reclamar sus bienes para el convento de San Vicente, lo cual como ya había pasado en más casos se lo concedieron, con lo cual este hospital no se pudo seguir realizando, quedando solamente la portada como recuerdo de lo que pudo ser el hospital de doña Catalina Jiménez.

 

 OTRAS CASAS Y SOLARES QUE OFRECE LA CALLE SANCHO POLO.



Frente a la Casa de las Infantas se presenta la fachada de un palacio[2], que conserva una portada con un arco de medio punto formado por largas dovelas radiadas al estilo de los palacios del siglo XV existentes en la región y un ventanal gótico, todo ello sabiamente restaurado en tiempos recientes.

En la fachada se presenta un escudo granítico, oval, sobre cartela, timbrado con una concha con las aletas hacia abajo, que trae un campo partido con armas de los Núñez[3].



José Antonio Pajuelo Jiménez.
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[1]  Benavides Checa, pág. 188. Nos dice: “además tomaron posesión de la casa en donde se había de fundar un hospital, sita en la calle Sancho Polo que lindaba con las casas que fueron de Fernando de Avellaneda”.

[2] Ceferino García Vidal, fecha este palacio en el siglo XIII.

[3] Pedro Cordero Alvarado. Plasencia Heráldica Histórica Monumental. Pag.140 .1997

 

sábado, 8 de abril de 2023

CASA DE LAS INFANTAS

 

CALLE SANCHO POLO.

CASA DE LAS INFANTAS.

Otra de las casas señoriales del Siglo XVI y XVII es la Casa las Infantas, que en este caso además acoge uno de los centros educativos de la ciudad. En ella vivieron hace pocos años las Religiosas Josefinas Trinitarias, de ahí que actualmente se conozca como la escuela hogar de las josefinas[1].

Por otra parte, el nombre originario de “Casa de las Infantas” proviene de haber sido la casa de Pedro Fernández Manrique de Lara y Solís y de su mujer Leonor de las Infantas, señores de Galisteo y de la Casa Infantas, así como de alguno de sus sucesores[2]

El cuerpo original es el inferior, y por falta de almohadillas de granito las plantas más altas se completaron ya muy posteriormente con almohadillas de cemento que desdicen la parte noble de la casa. 

Esta casa, tiene una portada con dovelas y un mascarón en la clave central del arco de medio punto sobre la puerta, presenta una carátula que conforma la clave del arco del portal almohadillado de su entrada, que se presenta como una obra de realización muy clásica, de un realismo en la mueca sardónica de sus facciones sin parangón en la ciudad. Otros autores lo relacionan con el “hombre verde”, dios mitológico de origen celta que representa a la muerte y resurrección de la naturaleza[3].



Tiene en la parte derecha abundante vegetación, hojas de parra y yedra con palos, y aparece con la lengua fuera de aspecto burlón, como si se estuviera burlando de los que por allí pasan. La parte izquierda está afeitada, bien peinado, y en las cejas dos salamandras mirándose la una a la otra con aspecto de luchar, que son símbolo de la constancia y la castidad. Por encima de esta carátula se ven las armas del linaje Corral[4].

La fachada denota la magnificencia que en otras épocas hubo de tener la mansión, hoy día de tres plantas, la fachada ofrece buenos ventanales y escudos repartidos entre los huecos, que debido a la estrechez de la calle se nos hace difícil su contemplación

 

Como curiosidad en la parte trasera de la casa hay un patio pequeño que da a la Calleja de la Pardala, en el que hay una figura de la mitología griega que representa al dios Pan, al que Apolo condenó a tener una erección permanente.



Esta figura de la mitología griega que representa al dios Pan también protegía a los pastores trashumantes y a sus rebaños. Tiene cuerpo de hombre, es velludo y con dos cuernos en la frente, y sus miembros inferiores tienen pezuñas. Este personaje se retiraba a las Cuevas de Andrómeda en sus momentos más bajos a tocar una siringa (flauta). Pan era hijo del dios Hermes y, por eso, le llamaban Pan, que significa “de todos”. [5]


En las partes superiores se ve el intento, poco logrado, de reflejar en medallones a personajes relacionados con la casa como se hace en la Catedral nueva de Plasencia.


José Antonio Pajuelo Jiménez.
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[1] Manuel López Sánchez Mora. Plasencia Guía Histórico-Artística.1976. pag.93

[2] José Sendin Blázquez. Plasencia Historia, Guía, Leyenda. Pag.192

 [3] Manuel Rubio. Descubre Extremadura 2020.

[5] Manuel Rubio. Casas de las Infantas. Plasencia 2021.

PLASENCIA: PALACIO DEL BERROCAL.

 

Palacio del Berrocal casa señorial de Diego Esteban de Carvajal.

Próxima a la puerta Berrozana hay un lugar llamado el Berrocal, allí nos encontramos una casa antiguo palacio cuya solidez y la magnificencia, demuestran los restos que allí nos encontramos.

Esta casa en el siglo XV se la conocía como la casa de Martín Váez que fue regidor de esta ciudad, que donó a los Jesuitas para un colegio de huérfanos como lo afirma Luis de Toro en su manuscrito. Este proyecto no se llevó a cabo pues sabemos que en los años siguientes a la fecha en este manuscrito, figura como dueño el Chantre don Pedro Bermúdez de Villalba, hijo del célebre coronel Villalba; el dicho chantre en su testamento otorgado el 8 de septiembre de 1596,lo lega a la orden de San Agustín, pero no quiso hacerse cargo por lo que se dispuso su venta otorgándose a D. Diego  de Carvajal el 17 de septiembre de 1607 capellán de S.M. y tesorero de la S.I.C., quién declaró que lo hacía en nombre de su hermano Álvaro de Carvajal, limosnero de S. I.C. Después este dispuso que fuera heredado a su sobrino D. Diego Esteban de Carvajal, comendador de castro verde, de la Orden de Santiago.


No sabemos en qué fecha fue construido este palacio, acabó siendo destinado a almacén de paja, siendo utilizado como depósito de abastecimiento para las urgencias de la guerra de sucesión.

 En su zona baja, había una fuente formada por dos sólidos y elegantes arcos de sillería, el agua procedía de un algibe o Sala de Agua, sobre el panel central existía una lápida que decía:

        ARRIBA ESTÁ EL AGUA VIVA, PORQUE QUIÉN BEBE DE MÍ, TORNARÁ CON SED AQUÍ.

 La arquitectura de este edificio corresponde al siglo XVII y la casa perteneció a don Diego Esteban de Carvajal. Se piensa que en este lugar se reunieron los pocos comuneros que hubo en esta ciudad y por esta razón se procedió a demoler por orden real. Otros afirman que fue destruida en tiempos de las guerras de Felipe V.  sea por la razón que fuere fue derribado a propósito. Su ultimo morador que tuvo esta casa fue un canónigo llamado Valhondo, pues consta en las actas capitulares de archivo del obispado.


Llama la atención el lugar donde fue edificado, cabría pensar que ya existía un barrio en su inmediaciones, pues en este lugar existía la parroquia de San Julián.

Ha sido un edificio de arquitectura de lujo extraordinario, los restos de un patio que se conservaba en el sigo XIX, con elegantes columnas de mármol, dieron testimonio de las riquezas del señor que lo construyera.1


Las ruinas que hoy vemos apenas son las raíces del palacio: una gran bóveda de cañón sustetada entre la ladera rocosa y dos grandes contrafuertes; su correspondiente fragmento de fachada con una portada y dos ventanas; y restos de muros aquí y allí. En una segunda planta desaparecida, un elegante patio de columnas apoyaba a medias sobre esta bóveda y las rocas. El patio, de proporciones cuadradas, tendría dos de sus lados a modo de galería abierta al paisaje, mientras que a los otros lados se adosarían cuerpos del edificio. No parece que la puerta conservada fuese el acceso principal; tras ella se accede a una sala, denominada con toda propiedad “sala del agua”, donde brota un manantial de las mismísimas rocas, visibles tras dos arcos y un pretil de piedra, que hacen las veces de depósito o aljibe.

                                      


                                               José Antonio Pajuelo Jiménez.

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1.- Alejandro Matías Gil Las siete centurias. 1984. Pag 199

2.- Fotografía de Laurent. Plasencia 1818

 



sábado, 1 de abril de 2023

PLASENCIA: CASA DE DON HERNANDO DE CARVAJAL



 CALLE BERROZANAS

 CASA DE DON HERNANDO DE CARVAJAL

 En el año de 1488 vivía en Plasencia, en la casa número 1 de la calle de Berrozana, finca que hace años ocupaba la Imprenta Sanguino, hoy imprenta Sandoval su sucesora, pues en esta casa vivía el ilustre placentino Hernando de Carvajal, propietario de esta y nació el famoso poeta placentino Micael de Carvajal a últimos del siglo XV., que escribió “Josefina” y las “Cortes de la Muerte”. Eran los Carvajales, la familia más ilustre y calificada de Plasencia, y siendo preciso para la ciudad, enviar un Embajador al rey católico don Fernando, para ofrecerle la ciudad, acuerda ésta que sea Hernando de Carvajal el Embajador placentino que ofrezca al rey el dominio de Plasencia. 

Hernando de Carvajal fue el embajador que envió Plasencia al rey Católico y que fue recibido por don Fernando con todos los honores, en Valladolid, donde estaba el rey. Viendo los placentinos ocasión tan favorable para salir de los Zúñigas, el señor de Torrejón, Francisco de Carvajal, y su hermano Gutierre de Carvajal, con otros deudos y aliados suyos, determinaron levantarse contra el Señorío de los Zúñigas. y apoderarse por las armas de PLASENCIA, llamando al rey para entregársela. Tomada esta resolución, enviaron a buscar al Rey a Hernando de Carvajal.


       Alegróse mucho don Fernando el Católico con la noticia que le llevaba el Embajador de los placentinos y a estos les dio las gracias. Al punto despachó correos a Salamanca, Zamora, Toro, Ciudad Rodrigo, Trujillo, Cáceres y Badajoz para que acudiesen con tropas a Plasencia, si de esta ciudad se las pedían. El rey vino por la posta a Plasencia, con pretexto de apaciguar aquellos alborotos, y se apoderó de la población de la manera siguiente: Puestos de acuerdo los placentinos con la gente de Cáceres y habiendo llegado de noche a la ermita de Fuentidueñas, Juan de Sande de Carvajal, hijo del señor de Torrejón con 50 caballos que traía de Cáceres, se armaron muchos deudos y amigos de Francisco y de Gutiérrez de Carvajal, su hermano, el cual con veinte labradores, con hachas y segurones rompieron las Puertas de Trujillo y por ella entraron, Juan de Sande con sus 50 caballos y los Carvajales con su gente, y levantándose los conjurados que había dentro de la ciudad, que eran muchos y bien armados, tomaron la voz del rey y clamaron: ¡Plasencia por los Reyes don Fernando y doña Isabel! Con la sorpresa se apoderaron aquella misma noche de la mitad de la ciudad hasta llegar a la plaza. Tres días duró el combate en las calles de la ciudad, pero al fin triunfaron los del rey, porque los Zúñigas se rindieron. El día 20 de octubre llegó el rey a Plasencia, y en el mismo día tomó posesión de la ciudad acompañado de los independientes y nobles Caballeros, de los Regidores y de la gente del pueblo. Para esto llevaron al rey a la Catedral, donde le salió a recibir el Deán y el Cabildo con toda la Clerecía. Al entrar en la Iglesia le pidieron la ciudad, los Regios Caballeros y Capitulares que jurase solemnemente no enajenarla, y lo juró en Plasencia a 20 de octubre del año 1488, en la Catedral.

En la parte superior de la casa, nos encontramos el escudo perteneciente al linaje de los Nietos, un león rampante. Muy poco conserva la casa de su primitiva estructura.

CASA DE LOS VARGAS.

En la calle Berrozana haciendo esquina con la calle del Buen Suceso, se encuentra otra casa señorial perteneciente a la familia de los Vargas, de las armas que tienen en Plasencia, son numerosas en esta ciudad, observaremos que existen varias interpretaciones. Las armas son: ondas bancas y azules, ahora bien en Plasencia, veremos escudos de esta estirpe con numero variables de ondas que oscilan entre tres y siete perteneciendo todas al mismo apellido. De este linaje , tiene Plasencia numerosos representantes, como el obispo D. Gutiérrez de Vargas Carvajal, o el corregidor Juan de Vargas corregidor de Plasencia etc.

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                                                   José Antonio Pajuelo Jiménez.

 

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CASA DE LOS DEANES.

CASA DE LOS DEANES, SEMINARIO MENOR, CASA SACERDOTAL.   En este solar, el canónigo de Plasencia don Martin Yaguas y arcediano de Zamora,...