CASA DE LOS
VILLALBA, HOY COLEGIO DE SAN JOSE
Continuando por la Calle Sancho Polo hacia la plaza del Salvador,
nos encontramos el Colegio de San José, antigua casa de los Villalba.
Las fachadas de esta mansión se alzan frente al Convento de las
Idelfonsa y frente a la iglesia del Salvador., nada nos dice de los notables
restos arqueológicos y armeros que en su interior se conservan. Bajo el arco
que une el colegio de San José y la casa de enfrente, destaca un interesante
blasón de granito, sobre una robusta cartela. Sus armas en el día de la fecha
no se han podido filiar.
Dentro del colegio hay un patio columnado, aunque sus arcos se encuentran cegados, pues muestran una serie de escudos, de piedra y esgrafiados, con las armas de sus propietarios.
Son notables los azulejos policromados del edificio en general.
Arriba, sobre una entrada a unas de las salas, se puede ver una portada de
granito, decorada con granadas (ornamentación que se hace típica luego de la
reconquista nazarí, y en la clave del arco un escudo del dueño de la mansión.
En el comedor de la casa aún se encuentra intactos los artesonados
primitivos que son un tratado de del arte de la talla de madera, ejecutados en
casetones octogonales, soportados por vigas que se decoran con rosas y otros
motivos florales.
El placentino Luis de Toro señala la casa en su plano con la letra
T. Fray Alonso Fernández, en 1627, señala que el edificio pertenecía a Juan de
Villalba, bisnieto del famosos coronel Villalba y que el lugar era uno de los más
notables de la ciudad.
Don Antonio María Fernández de Córdoba, Zúñiga, Dávila y Pimentel,
Marqués de Mirabel, decide en el año 1.844 fundar un Colegio de Niñas
Huérfanas, el cual estará regido por el Obispo, el alcalde, el Juez de Primera
Instancia, y el Procurador Síndico. Haciendo constar en su testamento que” no
falten los alimentos ni demás gastos que sean necesarios e vestir y calzar a
las niñas, y botica y facultativos y gratificación que ha de darse a las monjas
todos los años, que deberá ser de trescientos veinte reales a cada una de
ellas”. La edad de admisión de las niñas será entre cinco y ocho años, y “solo
podrán estar en el Colegio hasta los veinticinco, si antes no hubieren salido
por razón de posesión, matrimonio o estado religioso”
El marqués no pudo ver realizada su fundación, ya que murió en mayo de 1.845, y
fue su sobrino y sucesor don Pedro Fernández de Córdoba el que inauguró el
colegio en el año 1.848.
En el año 1.908 el capital de esta fundación era de 419.450 pesetas, y la renta
fue 40.940 pesetas.
Cuando el marqués de Mirabel funda el Colegio de San José, en la antigua casa
del coronel Villalba, entrega la dirección de este a las religiosas de la
Sagrada Familia de Burdeos. Para su dirección vinieron de Madrid en el mes de
abril del año 1848 tres religiosas acompañadas de la Madre Bonnat, la cual era
preceptora de las infantas, su nombre completo era Rita Bonnat Dezermeaux, conocida como madre Emmanuel.
La pequeña "colonia" se puso en camino en el año 1949, formando parte
de los viajeros como capellán el padre Miranda. En aquella época no existían
caminos, habiendo de recorrer el itinerario a través de bosques como los
tiempos medievales o en carretas, este último el más adoptado, tardando cinco
días en recorrer la distancia entre Madrid y Plasencia, deteniéndose todas las
noches en posadas, excepto la última que la tuvieron que pasar en medio del
bosque.
El mantenimiento de la fundación se hace con las rentas de los bienes que esta
posee. Entre estos bienes hay varias fincas, las cuales se arriendan en pública
subasta. Concretamente el año 1.960 las fincas que están en el pueblo de
Talayuela salieron a subasta en las siguientes cantidades: Finca “Alcornocel”,
85.000 ptas. - Finca “Tórdiga y Peluca”, 285.000 ptas. - Finca “Hitos y
Calderuela”, 140.000 ptas. - Finca “Cerroverde Norte”, 175.000 ptas. Finca
“Cerroverde Sur”, 125.000 ptas.
Esta congregación fue la fundadora del Hogar de Nazaret en Plasencia, el cual
tiene como misión la recogida de personas mayores con pocos o ningún recurso
económico. El principio de esta fundación fue en una casa de la calle de
Trujillo, propiedad del Obispado, y los recursos económicos fueron muy
deficientes. Poco a poco, se solucionaron los problemas, y hoy dispone de un
amplio y moderno edificio, en la zona de “La Data”, que en nada recuerda al de
la fundación.
Así mismo, estas religiosas han ejercido una labor social y pastoral en varias parroquias de la ciudad, como la del Rosal de Ayala, haciendo el trabajo que luego asumirían las trabajadoras sociales.
Por la fundación de San José han pasado en este siglo y medio de vida miles de
chicas huérfanas, las cuales han recibido una educación y una alimentación
adecuada, gracias a la cual han tenido un desarrollo normal, dejando atrás el
fantasma de las enfermedades y malformaciones debidas a la falta de alimentos
básicos por pertenecer, muchas de ellas, a familias con un nivel de vida muy
bajo.
Por motivos varios, como son la falta de vocaciones, reestructuración de la
orden, etc.… la dirección de las religiosas de la Sagrada Familia decidió que a
finales del curso 2006-7, las hermanas abandonaran Plasencia. Desde hacía unos
años, el número de religiosas había bajado, llegando a quedar en este último
solamente tres hermanas.
En el mes de septiembre de 2007, abandonaron el colegio las últimas monjas,
quedando en manos de una cooperativa de profesores, los cuales seguirán,
impartiendo la docencia con la misma ideología católica que ha impartido desde
su fundación.
José
Antonio Pajuelo Jiménez.