domingo, 21 de julio de 2024

CALLE DEL SOL : LA IGLESIA DE SAN PEDRO.

IGLESIA DE SAN PEDRO,

 

No existe libro de fabrica o documentos de esta antiquísima Parroquia, que fue edificada sobre un solar de palacio árabe; su remoto origen, lo acusa un ajimez árabe, y la primitiva portada ojival con multitud de reminiscencias de estilo románico. Muchas fueron las reformas sufridas, pero le queda algo que recuerda los ábsides de las basílicas romanas, su orientación y los canecillos en los aleros.

Tuvo un retablo de madera, pintado y estofado y dorado, de cinco ordenes y, en el centro un crucifijo de buena talla. Con tablas del siglo XVI, como lo describía Ramón Mélida en 1906.

En la parroquia hay un altar que merece toda nuestra atención, es un retablo de buena escultura, con columnas estriadas, cuatro tableros que representan la Anunciación, Nacimiento, Crucifixión y Resurrección; en los zócalos de los intercolumnios cuatro santas mártires Sta. Inés ,Sta. Lucía,  Sta. Catalina y Sta. Beatriz; en el centro Un Nazareno, que no correspondía la belleza del retablo y que actualmente está borrado; en el segundo cuerpo San Marcial, obispo; en el tercer cuerpo, la Asunción de la Santísima Virgen; pertenece este retablo a la primera decena del siglo XVI.




Este altar esta continuo a la pila bautismal y tiene una inscripción que dice:

“ESTE RETABLO I CAPILLA I CAPELLANÍAS I ORNATOS ES DE FRANCISCO DE LA CALLEJA I DE SUS HEREDEROS I ESTA DOTADA CON PATROZNAGO AÑO DE 1605”.

Podemos suponer que la parroquia vendería al Sr. Calleja este altar, pues no corresponde el retablo al año de la dotación.[i]

En el lado izquierdo, sobre una hornacina permanece aun la imagen de San Gregorio, patrono de los hortelanos, y que tenía esta parroquia como suya, al ser la más cercana a las huertas del valle del Jerte.



La torre de la iglesia está prácticamente oculta, se dice que se edificó con los restos de un palacio moro. Tiene un primer cuerpo de piedra y luego otro de ladrillo en que se abren ventanales en cada uno de sus cuatro lados. Se remata con una cúpula semiesférica, con un almenado en el centro y otros cuatro en cada uno de los ángulos para rellenarlos espacios angulados de las paredes.

Se han perdido varias dependencias que hablaban de la singular historia de esta parroquia, como por ejemplo, su entrada por el lado derecho, al huerto que fuera cementerio o los albergues que sirvieron de sede al Cabildo de la Universidad de Curas, que tanta influencia ejerciera en la vida ciudadana.

ARA ROMANA DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO.



Hace ocho años, el 4 de diciembre del 2010, publicamos en nuestro bloc el artículo de "PATRIMONIO OLVIDADO II", donde dábamos a conocer nuestra preocupación `por piezas arqueológicas en paradero desconocido; entre ellas el ara romana de la iglesia que apareció en las que se estaban llevando en la iglesia de San Pedro, y que hoy se encuentra en la casa museo de D. Marceliano Sayans Castaños en Casa del Castañar. Los interesados pueden visitar el bloc el articulo de la fecha que se menciona.


En la travesía de San Pedro, también denominada del Arcediano, nos encontramos una fuente que data del año 1577, con la representación de las armas de Plasencia, la torre donjonada, los árboles que la flanquean arrancados, Esta protegida por la cabeza de un león, animal protector, de edificios y sepulcros y en este caso protegiendo al escudo de la ciudad, defendiendo a la misma. . En Plasencia tenemos varios ejemplos de leones guardadores de la puerta como los accesos de la casa de Francisco de Carvajal, anteriormente de Nuño Pérez de Monroy; como animal protector de los sepulcros, aún observables en San Nicolás o en la iglesia del Convento de Santo Domingo, en el sepulcro de los Duques de Plasencia. 

La inscripción sobre el felino se lee:

“CORRIO ESTA FUENTE DE LA CRUZ DIA DE LA CRUZ DEMAYO DE 1577”.

 


A la derecha de la fuente, en la calle del Sol y la calle Borrego, hay una vieja casa de sillarejo graníticos, que conserva una hermosa fachada de características ejemplares, con un balcón modernista que adultera la fachada, de tres arcos en el frente, que desvirtúa y dificulta la contemplación total de la fachada. Sobre el arco de medio punto de la perta se presenta un escudo cuartelado, de la que no podemos precisar a que familia de la nobleza placentina pertenecía.

En el mirador hay tres escudos modernos, que tampoco podemos precisar a quien pertenecieron, Pedro Cordero Alvarado los atribuye a los Meneses.

En esta casa, vivió y nació el ilustre Folklorista y Musicólogo, Manuel García Matos, hijo Predilecto de la ciudad.

Al llegar a la puerta del Sol, hemos dejado a la derecha, el viejo sector musulmán, y la iglesia de San Pedro.


  José Antonio Pajuelo Jiménez.

 

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[i] José Benavides checa. Prelados Placentinos. pág. 150.Exc. Ayuntamiento de Plasencia .1999.



 



lunes, 24 de junio de 2024

CALLE DE SAN MARTIN: IGLESIA DE SAN MARTIN.

  IGLESIA DE SAN MARTIN.

                
Este templo es tan antiguo como la propia ciudad, al menos en lo que se refiere a su edificio. En la puerta de entrada que da al resbaladero de San Martín, en su jamba derecha hay una inscripción que es la más antigua de antigua de la ciudad, es de difícil lectura, por el estado de conservación. los historiadores anteriores todos coinciden en transcribirla, lo más probable es que copien uno de otros, así hasta nuestros días. “Estos arcos fizo Juan Domínguez, mayordomo. Era MCCXXX”., o sea año de N.R 1200. 


En la bula llamada fundamental, del papa Inocencio VI, expedida en el año 1.254, ya se hace mención a esta parroquia.

 Considerada desde el punto de vista religioso, fue la que tuvo mayor número de clero, más solemnidades religiosas, considerables funciones y memorias. En esta parroquia se enterraron las mejores familias de la ciudad. Uno de los párrocos de esta iglesia pidió permiso al obispo para quitar las lápidas de mármol que llenaban el suelo; El obispo Casas y Souto que nada entendía de arte ni de historia lo autorizó, y se perdieron para siempre muchos datos para el estudio de la ciudad y su población. La eliminación de las laudes del pavimento de las iglesias en aras de la modernidad fue otra de las actuaciones habituales en esta época, y en el templo de San Vicente de Plasencia cuenta con un proceso similar.

LAUDE DE SAN MARTIN

 


El 11 de diciembre de 1536 falleció Doña Elvira Martínez de Carvajal, hija del Sr. Alonso Martínez de Saavedra y de Doña María González de Carvajal, viuda del Sr. Comendador D. Gonzalo de Trejo y antes lo fue del Sr. Alonso Nieto (este fue enterrado es San Nicolás) . Mando que su cadáver fuese enterrado en San Martin en la sepultura de su padre y que ninguna otra persona no se había de enterrar en dicha sepultura, y que en la laude se pusiese el escudo de su padre Una Torre con una Flor de Lis y el suyo Carvajal, que es una banda; en la sepultura contigua estaba enterrada su madre, por esto tenía D. ª Elvira dos sepulturas dotadas en el centro de la nave central. Fundó D.ª Elvira una capellanía en la misma parroquia en el año 1526.Otorgó testamento cerrado en 31 de diciembre de 1533.

 

 EL TEMPLO.


De la antigua iglesia solo queda en la actualidad, las portadas que acusan el estilo ojival del siglo XIII, con reminiscencias del románico, y una ventana que daba luz a la nave colateral de Nuestra Señora.

Esta ventana pequeña y estrecha por donde apenas pasa luz, es una de las piezas más raras en la arquitectura, que tiene nuestra ciudad. Su ubicación es posible que pase desapercibida para muchos placentinos. Pero si les decimos que es una pieza hermosa y rara del templo de San Martín de Plasencia, caerán pronto en la cuenta de la belleza indudable que encierra. Hasta las cosas más menudas suelen ser hermosa en su humildad.
En cualquier rincón de cualquier edificio puede encontrarse lo bello. Bastara con poner sentido de la hermosura y saber mirar con los ojos limpios. Las reformas a que ha sido sometida han sido muchas. En el año 1.519 los ábsides central y derecho estaban casi destruidos, se construyeron de nuevo perdiendo entonces su apariencia de basílica romana con tres ábsides. En el año 1.557 se volvieron hacer grandes reformas.

La torre del campanario es gótica, y tiene la curiosidad de que la base de la torre es más estrecha que la parte alta de la torre; la campana de esta torre se hizo en el año 1.559, fue su autor Diego de Bárcena, y para su construcción se le entregaron 10 arrobas de metal. (Se necesitó más metal para la construcción de la campana). Las campanas de San Martín tenían fama en la ciudad de ser las más sonoras y de mejor sonido.

 



El retablo se construyó a expensas del obispo Gutiérre de Vargas de Carvajal, el cual colocó su escudo a los lados del retablo. El constructor de este retablo fue el maestro Francisco Rodríguez en el año 1.557. Se compone de zócalo, y tres cuerpos adornados con columnas compuestas, ángeles y guirnaldas. Tiene cinco hornacinas con diversos santos, siendo la central presidida por el titular, San Martín.

El retablo lo estofo, doró, y pintó, Diego Pérez de Cervera, vecino de Plasencia; se tasó este trabajo en 350.000 maravedíes y tardó 17 años en realizarlo. (1.560 -1.577). Fue ayudado por su hermano Antonio Pérez.

En el retablo del altar mayor de San Martínhay 8 cuadrosde los cuales dos son más pequeños que los otros. De estos 8 cuadros se sabe con certeza que cuatro tablas fueron pintadas por Luis de Morales (El Divino) que era natural de Badajoz. Estos cuadros fueron pintados en Arroyo del Puerco (hoy Arroyo de la Luz), en el año 1.567, y fue su valor de 56.000 maravedíes, o sea 1.652 reales y 94 maravedíes. Los cuadros se terminaron de pintar en el año 1.570.


FOTOGRAFIAS DE GERMAN CORCHO. WWW. ESCUDOS DE PLASENCIA

 El retablo está presidido por una imagen de San Martín. La autoría de las otras pinturas es muy discutible ya que aunque no están documentadas, si parecen ser del mismo autor.

Las pinturas representan escenas de la vida de la Virgen: La Encarnación, La Visitación, La Natividad, La Epifanía, La Circuncisión, y San Martín partiendo su capa con un pobre.

 

 

Vicente Paredes Guillén informaba a la comisión de Monumentos de la Provincia de Cáceres a principios del siglo XIX, que se debería solicitar al obispo de la ciudad que tomase las medidas necesarias para la conservación del libro de visitas, también llamado del becerro, de la iglesia de San Martín.

En este libro se podía leer que en el año 1558 el obispo Gutiérre de Carvajal nombra a Juan Correa mayordomo de dicha iglesia. Este Juan Correa fue luego canónigo de la catedral y escribió unos anales sobre Plasencia, dichos anales fueron de los que, años después, se valió Fray Alonso Fernández para escribir los suyos.

También estaba reflejado el pago de 300 maravedís que cobró Francisco Rodríguez, el cual era entallador, para que comprase una toza de castaño y con ella labrase una imagen del Señor San Martín. Dicha imagen es la que preside el retablo de esta iglesia.

A este mismo entallador se le mandó desmontar el retablo en 1556, para su estofado y dorado, cobró por ello 11 reales.

En el año 1558 se anota un pago de 3 reales realizado al pintor Córdoba, el cual encarnó el Cristo de la cruz de plata.

Se anota en el libro que el día 10 de abril de 1577, ante Juan de Prado, notario, Diego Pérez de Cervera, pintor, dijo: “Que por cuanto el hizo e pintó e doró y estofó el retablo mayor de la iglesia parroquial del Señor San Martín, y se tasó todo lo que hizo en 380.000 maravedís en 28 de enero de 1569, se da por pagado”.

Junto al retablo, en piedra, un sagrario o relicario que lleva en el tímpano el escudo de los Franciscanos con las cinco llagas, a media altura un medallón del Agnus Dei y más abajo el escudo del obispo Gutiérre Vargas de Carvajal. En el centro las puertas de madera policromada con las imágenes de San Pedro Y San Pablo, y a su derecha e izquierda respectivamente labradas las imágenes de rey David con su arpa y el sacrificio de Isaac. Por encima un friso de angelito que soporta la pasión de Cristo.

Por los siglos XVI y XVII, era costumbre que los pasos de Semana Santa hiciesen el acto penitencial entrando dentro de algunas iglesias, una de ellas era ésta de San Martín. Como anécdota diremos que en una de estas procesiones al sacar de la iglesia a la imagen de San Juan, pegó esta con el arco de la puerta que da al Resbaladero de las Capuchinas, y a consecuencia del golpe se destrozó la cabeza de la imagen, por lo cual estuvo muchos años sin salir en procesión hasta que la repararon.

En esta iglesia estaba la cofradía de la Virgen del Puerto, cuya novena se celebraba en el mes de noviembre, y también celebraba Rosarios de la Aurora. La cofradía tenía tamborilero y pedidores propios.

Al lado de la epístola, nos encontramos una sepultura que dice:

                    


“AQUÍ YACE DON PEDRO QUIROS ARCIPRESTE QUE FUE DE GALISTEO. MANDO QUE ESTA SEPULTURA NO SE ABRIESE”.

“ESTA SEPULTURA ES DE LAS HERMANAS DE PEDRO QUIROS E HIJOS Y SUCESORES”.

 RETABLO DE SAN BLAS.

Aquí en esta iglesia, se encontraba la cofradía de San Blas y de la Virgen del Puerto, cuya novena se celebraba en noviembre, y también celebraba Rosarios de a Aurora, tenía pedidores propios.

 

En el centro de la nave al lado del evangelio.


Antonio Ponz lo describe del siguiente modo: Es muy bello en la parroquia de S. Martin un pedazo de arquitectura, que hay en el cuerpo de la iglesia al lado del evangelio y que consiste en dos grandes columnas corintias istriadas, como casi todas las que hay en Plasencia. Contiene un nicho con altar en el con columnas también corintias: la fundó D. Gregorio de Vargas, chantre de la de la santa iglesia, en 1629, según el letrero del friso…[i]

ESTA CAPILLA Y LAUDES ES DEL SEÑOR GREGORIO DE VARGAS CHANTRE DE ESTA IGLESIA DE PLASENCIA. FUNDO EN ELLA UNA CAPELLANIA CON UNA MISA CADA DIA A LAS ONCE Y A LAS DOCE.Y OTRA AEN LAS FIESTAS AL ALBA. POR EL Y POR LOS SUCESORES DE DON DIEGO DE VARGAS REGIDOR DE ESTA CIUDAD Y DOÑA JUANA ROS DE CAMPO SUS PADRES Y POR SUS HERMANOS Y DIFUNTOS. ESTA TODO PAGADO. AÑO DE 1632.

                   

Un incendio ocurrido el 2 de agosto de 2020, causó importantes daños en el interior de la iglesia de San Martín, la más antiguas de la ciudad y donde se encuentra un retablo dorado y policromado con pinturas del extremeño Luis de Morales, apodado el "divino", fechadas entre los años 1565 y 1570, causándoles bastantes daños en su policromía, actualmente todavía se encuentra en fase de restauración, por lo que la iglesia se encuentra cerrada desde entonces.

 

CAPILLA DE LA VIRGEN DEL PAJARITO O VIRGEN DE LAS NIEVES:

Es una imagen de madera policromada del siglo XVI. conocida por el nombre de Virgen del Pajarito, podemos decir que en el siglo XIX se la denominaba Virgen de las Nieves, basándonos en el libro que mencionamos a continuación:


En el libro becerro de la iglesia de San Martin, que se encuentra en el archivo de la catedral existe un documento dirigido al Señor Gobernador Eclesiástico de esta Diócesis por Don Alejo Diego y Argüello de esta vecindad, que dice así:

A Vuestra Ilustrísima con el mayor respeto hace presente: Que en la parroquia de S. Martin de esta Ciudad, en la capilla mayor, lateral de la derecha, hay una Capillita abierta con retablo e Imagen de Nuestra Señora de las Nieves, en un estado tan triste y poco decente que mueve el corazón a todo cristiano. El retablo se haya derruido, la Santísima Virgen y su Niño perdidas sus facciones y todo sin necesidad extrema de retocarlo.

La mesa del Altar totalmente desnuda, y necesita vestirse de todo, con inclusión de Cruz, Sacras, Atril, Campana, Candeleros, Mantel, un marco nuevo para colocarse el Frontal que haya de  hacerse, tarima y otras varias cosas que no se tienen presentes.

Todos estos gastos, que son cuantiosos, se halla dispuesto a hacerlos el exponente a honra y gloria de Dios y de su Santísima Madre, siempre que por V. I. se le conceda para él y sus descendientes dicha Capillita y sepultura que hay en ella, salvo en derecho que cualquiera otra persona  pueda tener a ella previa la debida justificación e indemnización de los gastos que se han de hacer por el exponente para habilitarla y de pagar los débitos que por patronato resulten a favor de dicha Iglesia, a cuya gracia y obsequio a la Santa Virgen, le vivirá agradecido el exponente y Dios se lo tenga presente en su Santa Gloria.

Plasencia, septiembre diez y seis de mil ochocientos cuarenta y cuatro.

Atentamente, yo Diego y Argüello.

 LIBRO BECERRO DE LA IGLESIA DE SAN MARTÍN – ARCHIVO DE LA CATEDRAL DE PLASENCIA – SIGNATURA 87-2

                                                                        CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES – PAG. 242/24.

 

                                                                                                                         José Antonio Pajuelo Jiménez.

 

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 [i]Plasencia Heráldica, Histórica y Monumental. Pedro Cordero Alvarado, pág. 124, 1997.

  Prelados Placentinos . Jose Benavides Checa. Pág. 37.1999.

 


martes, 7 de mayo de 2024

IGLESIA Y CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

 

DATOS PARA SU HISTORIA.


Este convento de San Vicente Ferrer lo mandaron construir los duques de Zùñiga don Álvaro de Zùñiga y su segunda mujer doña Leonor de Pimentel, por el año de 1.464. 

                                    


Cuenta una vieja tradición que mandaron construir el convento por haber recibido del santo el milagro de resucitar al hijo de los duques don Juan de Zùñiga, el cual llegó a ser Maestre de Alcántara a los 14 años, a Cardenal Arzobispo de Sevilla y murió electo para Santiago en el año 1.504. Su capelo de cardenal estaba colgado del crucero de la iglesia. Nicolás Díaz y Pérez, en su libro “El Plutarco Extremeño”, dice que se erigió para conmemorar el nacimiento de este hijo. Este D. Juan fue el último Gran Maestre de Alcántara, ya que renunció de su cargo a favor de los Reyes Católicos los cuales lo ostentaron desde entonces. En el orden cronológico ocupó el puesto 37 de Gran Maestre de Alcántara. falleció en Guadalupe y fue sepultado  en medio del crucero y capilla mayor, su sepultura carente de inscripción, destacada por un cuadrado de losas azules, y sobre esta, se puso pendiente de la bóveda de la iglesia su capelo de cardenal, que fue retirado a finales del siglo XX.


El convento se empezó a construir en el año 1.473, y se terminó en el año 1.487. El autor de los planos fue Pedro de Ezquerra, y su hijo Juan fue el autor de la escalera al aire. El cantero Pedro González fue el maestro de toda la obra. Este cantero era natural de Plasencia y esta considerado el mejor cantero de la ciudad. Este hombre era viudo y al terminar el convento entró de fraile en el mismo.

Aunque fueron los duques los que lo oficialmente lo iban a costear, no fue bastante el dinero que tenían y tuvieron que recurrir al Papa, Sixto IV, el cual concedió que los bienes del casi extinguido convento de San Marcos, las fundaciones de doña Sevilla de Carvajal, para religiosas, la de doña Catalina Jiménez, para un hospital, y otras que aun no estaban ejecutadas ni cumplidas las voluntades de sus fundadores. Todas fueran a parar para la ejecución de la iglesia y convento. También hay que reseñar que la mota o fortaleza que había en el solar donde se realizó el convento era de la ciudad y por lo tanto el Duque se apropió de terreno público para su uso particular.

Este Papa conocía a la duquesa de cuando era cardenal y se llamaba Francisco de la Rovera, y vino a Castilla como procurador general de los franciscanos, en esa época fue protegido de la duquesa. En la catedral se conserva una imagen de este Papa, está en la primera columna entrando por la puerta norte.

Así y todo tampoco fue bastante, y la duquesa se dirigió al rey D. Enrique IV. el cual expidió una cédula por la cual concedió un Juro perpetuo de Servicio y Montazgo en el puerto de Malpartida, de 50.000 mrs. a beneficio del convento.

 

Al final la realidad fue que los Duques pusieron muy poco dinero suyo para la edificación del citado convento, pues se apropiaron con artimañas de todas las fundaciones que se iban a realizar en la ciudad. Estas fundaciones tenían bienes en casa y fincas para que se realizaran, pero la Duquesa se los quitó y no se realizaron nunca más. Entre los bienes que se apoderó la Duquesa estaban los del priorato del convento de San Marcos con sus casas, rentas y haciendas. La dehesa de Mironcillo, la mitad de Valtravieso, parte de la de Paniagua, la heredad del Berrocal, la cuarta parte de la dehesa de Aldeanueva de Beringues, la octava parte del molino de Tajabor, la dehesa de la Herguijuela, la de Guadalerva, la de Mari-Juan, la de la Bazagona, etc. En 1.462 se apropiaron los Duques del pago de la moneda foránea, que fue también a parar al convento.Así mismo pasaron al convento las grandes fincas de olivos.

El día 13 de abril de 1.487 se bendijo la iglesia y el convento y tomaron posesión de ellos los frailes dominicos. Estos frailes ya estaban en la ciudad desde hacía casi trescientos años, y al cambiarse de convento, el antiguo pasó a llamarse Santo Domingo El Viejo, este viejo convento estaba emplazado detrás de la ermita de San Miguel, frente al quinto cubo contando desde la Puerta de Talavera a la del Sol. Estaría en lo que hoy es la Avda. del Valle, cerca del Caño Soso.

Como este convento estaría en muy mal estado, la Duquesa mandó construir otro pequeño en el año 1.468, pero suficiente para los frailes que había en ese momento en la ciudad. Este segundo convento estuvo habitado durante unos veinte años. La calle donde estaba situado este segundo convento, recibió su nombre pasando a denominarse calle de Santo Domingo el Viejo, cerca de la calle Ancha. Por lo tanto, los Dominicos tuvieron en la ciudad tres conventos, aunque no simultáneamente, sino uno tras de otro.

Fue muy famosa la biblioteca del tercer convento pues estaba considerada una de las mejores de su época.

Los primeros libros fueron los de la biblioteca de Rodrigo Carvajal y Nieto, caballero de Santiago, su entrega la realizó Gonzalo de Carvajal y Trejo, con poderes del propietario. Se entregaron 2.809 libros, entre manuscritos e impresos, relativos a los santos Padres, biblias, glosas, libros griegos, hebreos e italianos. Estos libros estaban en la biblioteca de la casa del Berrocal.

 Para darnos una idea diremos que un apéndice de ella era la biblioteca entera del don García de Loaysa, arzobispo de Toledo. Por herencia llegó a su sobrino D. Pedro de Carvajal, obispo de Coria y este la dejó en su testamento al convento en el año 1.750. Esta entrega se realizo como pago de cierta deuda que tenía D. Diego Esteban de Carvajal, el cual puso como condiciones del pago la obligación de no vender ningún libro jamás, excepto los que pudieran resultar duplicados, y aun esos habían de ser exclusivamente de las secciones hebrea, griega e italiana. Así mismo impuso otra condición, la cual fue que se pusiera un rótulo en la biblioteca que dijese así:

 

El señor García de Loaysa arzobispo de Toledo e maestro del príncipe Don Phelipe III dejó su librería a sus sobrinos Don Pedro de Carvajal, Dean de Toledo y Obispo de Coria y Don Álvaro de Carvajal Capellán y Limosnero Mayor de S. M. y Abad de Santa Leocadia, electo Obispo de Zamora. Los cuales la dexaron al señor Don Diego Esteban de Carvajal y Nieto, Comendador de Castroverde de la Orden de Santiago su sobrino. Y su hijo Don Rodrigo Ignacio de Carvajal, cavallero de la dicha Orden la entregó a este convento con algunas cargas, como consta de escriptura. Año de MDCL.


                                 

Hoy en día se conserva una parte de esta biblioteca en el convento dominico de San Esteban de Salamanca. Otra parte importante está en el Escorial, pues en 1.739, reinando Felipe V., salió un cargamento de libros sin que se sepa el número que lo componía. La segunda salida de libros para el Escorial se realizó en el año 1.753, en virtud de la orden dada por el ministro de Estado, José Carvajal y Lancáster, el cual comisionó a Ascensio de Morales para recoger documentos por todo el país con el fin de escribir una nueva historia de España. El total de volúmenes enviados a Madrid fue de 146, y a cambio de ellos la comunidad recibió una serie de libros que previamente habían solicitado, pero que no fueron de su agrado.

De los libros que se mandaron a Madrid, se cree que un 60% fueron catalogados, y el resto, muchos de ellos sin encuadernar, se perdieron.

Uno de los libros que fueron enviados al Escorial fue el manuscrito de “Los Cien Capítulos”, de este manuscrito solo se conocen 4 ejemplares. El manuscrito de Plasencia está catalogado con el nº Ms.8405 BNM. Este libro de Los Cien Capítulos es uno de los principales ejemplos de prosa sapiencial castellana. En el año 1.960, Agapito Rey hizo una nueva edición de esta obra.

Con la ocupación francesa en la ciudad, (1.808) se terminó de perder lo poco que quedaba de la biblioteca. El convento fue utilizado como cuartel de las tropas gabachas y los destrozos que realizaron fueron acompañados del expolio de las obras de arte que les gustó, las cuales se fueron a Francia, sin que se sepa nada de ellas.

(D. Virgilio Vegazo, Deán del Cabildo de la Catedral ha estudiado la ubicación de esta biblioteca de Santo Domingo, y es el autor de los datos aquí recogidos.)

Los estudios realizados en este convento estaban adscritos al convento de San Esteban de Salamanca, y convalidados por la Universidad de Salamanca, por lo cual podemos decir que en este convento de San Vicente estuvo la primera universidad de Extremadura. Estaba dotado de Cátedra de Teología Moral, para la cual estaban destinados exclusivamente cinco religiosos del convento. Así mismo se estudiaba Filosofía y Estudios de Arte. En el año 1.628 fue elegido como uno de los conventos para los Estudios Generales de la Orden Dominica.

En 1.606 para adecuar los estudios y comportamientos sociales a los Estatutos y Privilegios de los Colegios Mayores, pidieron al Papa Pablo V que "calificase esta casa con estatuto de limpieza, para que no pudiese vivir en ella ninguno que fuese de linaje de judíos o moros, ni de otra ninguna secta nuevamente convertido a la fe, ni penitenciados por el Santo Oficio", estas peticiones se fundamentaban en que así los que estudiasen en el convento adquirirían " más nombre y fama de limpios y calificados" pues se tenía el proyecto de traer a Plasencia el Santo Tribunal de la Inquisición que estaba en Llerena, y los frailes que pertenecieran a el tenían que estar totalmente fuera de sospechas de tener sangre de judío o moro. 

 


La iglesia tiene una nave magnifica, de estilo gótico tardío y cinco capillas laterales, donde se enterraban las familias importantes de la ciudad. Cuenta Antonio Ponz en su viaje por España: “En una de estas capillas (la de San Juan), se ve un magnífico sepulcro consistente en un nicho adornado con dos columnas corintias a cada lado; sobre una urna hay una estatua de rodillas, ejecutada en mármol y con armadura de lo más excelente que yo he visto por España desde que se hicieron las Bellas Artes, llena de gracia, grandiosidad y expresión, de suerte que manos y cabeza parecen obra de antiguos griegos."

Esta estatua representaba a don Martín Nieto, Bailio de la orden de San Juan de Malta, de las Nueve Villas y comendador de Yébenes, que falleció en el año de 1.597. En 1.810 las tropas francesas decapitaron y arrancaron las manos de la estatua y quemaron las capillas y retablos de la iglesia. Hoy en día se puede admirar los restos de esta magnífica obra en la entrada del Parador de Plasencia.

 Esta Capilla del Sagrado Corazón, se llamó antes de Santo Tomás y San Juan Bautista, y fue propiedad de don Pedro Barona, hijo de don Iñigo Barona y Pacheco, Caballero de Alcántara. Este don Pedro vendió la capilla a la familia Nieto, la cual hizo en ella sus enterramientos, entre ellos el del célebre Bailio y Canciller de la Orden de San Juan de Malta, don Martín. (J. Rosado)

 Como nota curiosa diremos que el duque fundador del convento e iglesia dejó en su testamento la siguiente manda:

Quiero y mando que cuando Nuestro Señor pluguiere llevarme de la presente vida que mi cuerpo sea sepultado en el monasterio de3l Señor San Vicente de la orden de los predicadores que yo y la duquesa doña Leonor mi esposa que Dios tenga en su santa gloria mandamos hacer y edificar en la my ciudad de Plasencia. Y mando que me sea hecha una noble y rica sepultura con un bulto de alabastro con todo lo demás que pareciere que fuere necesario según pertenece a mi estado y según fuese bien visto a mis testamentarios”.

Pues a pesar de la manda testamentaria, de haber edificado el edificio y de quedar testamentarios para realizarlo, nunca se hizo el túmulo de alabastro ni ningún otro para el duque, simplemente se le enterró en la cripta que posee la familia en los bajos de la iglesia.

La cabecera de la iglesia es pentagonal, y está separada del resto de la iglesia por unas empinadas escaleras. 

La fachada es más moderna, del año 1.577, la realizó el maestro Juan Álvarez, es de estilo compuesto, con cuatro columnas y un ático encima, en el frontal se pueden observar los escudos de la Orden Dominica y de los fundadores.
 El retablo del altar mayor es de estilo renacentista, esta compuesto de tres cuerpos de diez columnas clásicas jónicas y corintias. lo adornan 12 pinturas de la escuela española del siglo XVI, debidas al pintor placentino Miguel Martínez, ayudado por su esposa Luisa de Quintana.

 El claustro es de estilo isabelino; se adorna con escudos papales y de los Zúñiga y Pimentel, en el aun se conservan algunos trozos del artesonado mudéjar. Todo el convento es de piedra de sillería, dando una imagen de gran fortaleza.


En la antesacristía se puede contemplar una escalera renacentista muy singular: es toda ella de piedra, y haciendo el vuelo en forma de cuadro, no se apoya en ningún lateral. El tercer arco es el más espectacular, al tratarse de un arco carpanel en bajada.

Encima de la escalera hay una inscripción que dice así: Juan Álvarez 1.487. Este Juan Álvarez fue aparejador de la catedral en el año 1.574. Esta escalera es conocida en la ciudad con el nombre de “Escalera al aire”.

 


En la sacristía se conserva un panel de cerámica de Talavera, del siglo XVI en el cual está representada la pasión de Jesucristo. Este panel de azulejos tiene gran valor artístico, se atribuye al artista flamenco Juan Flores. El friso consta de 1390 azulejos, tiene una anchura de casi diez metros, y una altura en su centro cercana a los cinco metros. Este panel está dividido en ocho apartados en los cuales se ven diversos santos como San Pedro, San Pablo, Santa Catalina, Etc...

 

 


También se pueden ver estos azulejos en el refectorio (comedor), en el cual hay un zócalo de azulejos talaveranos pintados, del siglo XVI. Al destinar el convento a Parador Nacional, se han subido estos azulejos más altos para evitar el roce de las personas con ellos y así preservarlos del desgaste.

 


 El órgano o los restos de lo que quedan de el, lo construyó en el año 1.756 D. Francisco de Yustas,

(el cual era muy famoso construyendo órganos). La caja del órgano la realizo Francisco Gómez de Aguilar, y la doró Alfonso de San Juan. Costó toda la obra 30.000 reales.

 

En el solar de lo que hoy es el convento, había una mota o fortaleza mora y una sinagoga judía, esta mota y la sinagoga fueron destruidas al edificarse el convento. Nos encontramos con la curiosidad de que el mismo solar ha servido a las tres grandes religiones monoteístas. Aunque el convento está desde su creación bajo la advocación de San Vicente Ferrer, en Plasencia se le conoce como el convento de Santo Domingo, debido a la larga permanencia de los Dominicos en él. Los Dominicos tenían tanto poder que consiguieron del Papa Gregorio XIII, que el día de su patrón, Santo Domingo, se considerara fiesta en las poblaciones donde ellos tenían conventos. Así en Plasencia, en el sínodo que convocó el Obispo Noroña, en el año 1.582, se dice textualmente:

 "A çinco de Agosto, dia de Sancto Domingo, solamente en esta çiudad, por aver monasterio suyo en ella por propio motu de Gregorio deçimoterçio, so pena de pecado mortal. Y se a de guardar asimismo en otra qualquiera parte deste Obispado donde aya dicho monasterio."

Las Cofradías del Santísimo Rosario, Niño Jesús y la Soledad, tenían su sede en este convento. La cofradía del Santísimo Rosario tenía por misión el fomento del Rosario ente la población, no olvidemos que el creador del Rosario fue Santo Domingo, patrón de esta orden. La capilla de esta cofradía tenía concedido por el papa Pio IV jubileo plenísimo el día de San Vicente Ferrer (segundo domingo de julio) y el día de Pascua de Resurrección.

 Si se visitaba esta capilla en los días nombrados, habiendo confesado y comulgado, se conseguían los siguientes beneficios: Remisión de todos los pecados, aunque fuesen muy graves y enormes y reservados a la sede apostólica, excepto los que se contenían en la bula “In Coena Domini”.

Quedaban perdonados todos los votos que se hubiesen hecho y no se hubiesen realizado, excepto los de visitar Roma, Santiago de Compostela y Tierra Santa, así como los de castidad y religión.

Este jubileo se podía ganar para vivos o muertos, es decir, que la persona que lo ganase lo podía aplicar por el alma de un difunto, con lo cual iría al cielo casi con seguridad, o bien por un enfermo que no pudiese visitar dicha capilla.

 En el año 1.838 se mandó bajar las campanas de este convento, pues las autoridades del momento no querían que sonasen, alegando que su sonido molestaba a los obreros.

                                 


Los dominicos estuvieron en este convento hasta la desamortización de Mendizábal. Después de la Guerra Civil lo habitaron los Claretianos y después llegaron los Servitas, los cuales estuvieron hasta su cierre.

En esta iglesia fundó el sacerdote D. Eladio Mozas Santamera la cofradía de la Santísima Trinidad, la cual estaba representada en una de las capillas laterales. Este sacerdote fue el fundador de las monjas Josefinas.

 Esta iglesia de San Vicente Ferrer se cerró al culto en el año 1.988, y en el año 1.989, se firmó la cesión del templo por parte del Obispado, a la Junta de Extremadura.

La cesión se hizo por un periodo de 99 años, y la Junta se comprometió a su restauración y mantenimiento.

El Obispo Aceves, autorizó el desmantelamiento de los altares, objetos, imágenes, y accesorios del templo; se llegó a quitar incluso varias rejas de las capillas laterales, que fueron a parar a otras iglesias de la diócesis.

Nuevos descubrimientos en la Iglesia de Santo Domingo.

 Hace unos años, los que formamos parte de este bloc estudiamos el epitafio descubierto que se encontraba oculto detrás de un altar de principios del siglo XX.

Indagando y ayudados con linternas, pudimos descubrir las magníficas columnas de estilo gótico corintio, así como una lápida de inscripción latina cristiana con un versículo de la Biblia (Job 14), que dice Expecto done veniat im mutatio me”. O sea: “espero hasta que llegue mi transformación”, la vida eterna.

 

La iglesia de Santo Domingo tiene una nave magnifica, de estilo gótico tardío y cinco capillas laterales, donde se enterraban las familias importantes de la ciudad. Cuenta Antonio Ponz en su viaje por España en 1743, la pudo contemplar en su plenitud la famosa estatua orante del placentino Martín Nieto antes de ser destrozada como es sabido por los franceses.

 Nos relata en su libro “En una de estas capillas (la de San Juan), se ve un magnífico sepulcro consistente en un nicho adornado con dos columnas corintias a cada lado; sobre una urna hay una estatua de rodillas, ejecutada en mármol y con armadura de lo más excelente que yo he visto por España desde que se hicieron las Bellas Artes, llena de gracia, grandiosidad y expresión, de suerte que manos y cabeza parecen obra de antiguos griegos."



 Esta estatua representaba a don Martín Nieto, Bailío de la orden de San Juan de Malta, de las Nueve Villas y comendador de Yébenes, que falleció en el año de 1.597. En 1.810 las tropas francesas decapitaron y arrancaron las manos de la de la estatua y quemaron las capillas y retablos de la iglesia. Hoy dia se puede admirar los restos de esta magnífica estatua en el Parador de Plasencia.

Gracias a Antonio Ponz, representa a don Martin Nieto, Bailío de las Ordenes de San Juan de las nueve Villas y comendador de Yébenes, que fundó la Capilla, según dice el epitafio, en el cual se lee que falleció el 29 de julio de 1597.Es muy bueno el altar con dos cuerpos, dórico y corintio.

 El trono puede verse y estudiarse detalladamente las diversas partes de la armadura y correajes-. Allí están, el peto, gorjal, falda y escalera (ambas de malla primorosa y detalladamente esculpidas), guarda brazos, y sobaqueras, bracéeles, codales, los quijotes, las grelas.

También están esculpidos finalmente al máximo detalle el correaje así como las hebillas, tuercas y ganchos, clavetes y aldabillas.

 Esta autentica "Joya Mutilada", pensamos que sería posible llevarla a su ubicación anterior, por parte de nuestro Ayuntamiento y a través de la concejalía de Cultura, se llevaran las gestiones oportunas, siendo conscientes del gran valor histórico artístico  de la estatua, no solo para Plasencia sino para el Patrimonio de Extremadura, colocarla en su altar, que es primoroso, una vez que se retirase un horrendo retablo de madera de estilo neo-clásico montado al principios del siglo pasado.

 

 


         
                                                 José Antonio Pajuelo Jiménez.

 

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