sábado, 31 de julio de 2021

EL PUENTE - "Al- Qantarat"

EL PUENTE DE ALCÁNTARA.

Se elevó en un lugar elegido por sus condiciones, en un trecho en el que el cauce del Tajo presenta un gran estrechamiento, entre dos recodos que disminuían la fuerza del caudal. En contrapartida, la crecida del agua en este accidente geográfico o cañón, cuando las avenidas eran grandes, alcanzaba un alto nivel, que debió superarse con la construcción de un puente de elevación poco común. De aquí que su altura es de 58,20  metros, su longitud de 194m. Algunos testimonios alcantarinos recuerdan el desbordamiento del rio por encima de los pretiles del puente.

Hay varios manuscritos  en la Biblioteca Nacional de los años 1588 y 1586.Sus autores describen presente el colosal monumento, la joya romano española más preciada de los arquitectos, y se llaman Pedro Barrantes Maldonado, celebre en los anales de nuestra historia y Bartolomé Villavicencio, miembro esclarecido de la Orden de Alcántara. Se conservan en la sección de manuscritos de la citada biblioteca. En el folio 33.v y 36 del Manuscrito nº. 17996, se habla de la fundación del puente de Alcántara y de su antigüedad, y  inscripciones que están  y de sus fundadores, (por Pedro Barrantes Maldonado).En el otro manuscrito se describe la suntuosa fabrica del Puente de piedra que esta sobre el rio Tajo que pasa por el valle de Alcántara. Don Bartolomé Villavicencio, comendador de la Puebla de la Orden  y Caballería de Alcántara Visitador y comisario general en lo espiritual  y temporal de la provincia de la dicha villa y su distrito. B.N. n.º 887, folio 96-v.

Le mando construir en emperador Trajano, natural de Itálica, y mando hacer la vía argenta, por esta vía se trasladaba  desde la mina de plata de Guadalcanal donde se sacaban cuatro mil ducado de plata cada semana,[i] y las minas de plata de Cazalla y Araceli hoy Aracena,  la plata por el camino antes citado y mando poner pilares o miliarios a cada milla con letra de su nombre.

El puente se plantea con un diseño simétrico a partir de un eje central, que coincide con el pilar central y con el arco del triunfo. A partir de este eje central se disponen un total de seis vanos que cubren la longitud total del puente que llega a 194 metros. Los ojos responden a una estructura simétrica, pues los dos centrales son de mayor anchura (27 y 28 metros) mientras los laterales van descendiendo de dimensiones. Estos arcos se construyen con doble hileras de dovelas con doble rosca de medio punto que apoyan sobre los gruesos pilares, en cuya base, presentan tajamares de estructura poligonal. La altura del puentees una de las características mas llamativas, 48 metros de alto y 71 metros si se incluye el arco de triunfo.



El puente consta de seis arcos sostenidos por cinco pilas, apoyando los arcos extremos directamente sobre la roca. Los soporte se distribuyeron con gran distanciamiento, de manera que solamente dos de ellos penetran en el rio, quedando así durante las crecidas, preservadas del agua las restantes pilas, lo que ha contribuido al buen mantenimiento del puente. Estas dos pilas se cimentaron sin dificultad sobre las formaciones pizarrosas del lecho del rio, como se pudo comprobar al desviarse el cauce del mismo para construir la presa del pantano de Alcántara.

Las pilas son sólidos basamentos recubiertos de grandes sillares almohadillados, que siguen una distribución regular a soga y tizón, y se recortan como en todo el paramento del puente con las mismas dimensiones proporcionadas (0,60 m. por 0,60 m. de tizón y 1,20 m. de longitud). Se produce así un gran efecto de regularidad, destacándose del paramento únicamente una hilada de sillares que marca una línea horizontal en la parte baja de las pilas centrales.

Sobre las pilas cabalgan los arcos que son de medio punto y con distintas proporciones. Los dos arcos centrales son los mayores de  luz, los colaterales tienen 21,40 m. y los arcos extremos 13,80 m. La simetría de proporciones no es absoluta.

La apertura de vanos centrales  alcanzan la máxima luz conocida en los puentes romanos a excepción del puente de Narni con 32 metros que actualmente esta desplomado, peligro que presuponía el volteo de arcos de tales dimensiones; no obstante, los arcos de Alcántara han sufrido el daño intencionado del hombre.

LAS INSCRIPCIONES.[ii]

Nos basamos en el Corpus de Inscripciones latinas. Norba I. de Julio Esteban Ortega

1.- Inscripción honorífica-monumental. Fue localizada en el frontis del arco triunfal del puente de Alcántara sobre el río Tajo. Hoy desaparecida.

 

Imp(eratori)· Caesari· divi· Nervae· f(ili) Nervae

Traiano· Aug(usto)· Germ(anico)· Dacico· pontif(ici· max(imo)

trib(unicia)·potes(tate)· VIII· imp(eratori) V· cons(uli)· p(atri)· p(atriae).


 

Corraliza en la línea 2 lee: pot. max. Mélida y Hübner ya observaron como el dedicante o grabador se equivocó en la fecha de la aclamación de Trajano, al escribir imp V, en vez de imp III  que corresponde al quinto consulado y la  octava potestad tribunicia y a la fecha del año 104 de nuestra era. Lo más probable es que la equivocación sea fruto de la manipulación sufrida por el texto al ser copiado en épocas posteriores.[iii]


          2.- Inscripción honorífica-monumental rectangular de mármol. Según Mélida "los pilares del arco tuvieron en cada frente una lápida rectangular, de mármol”. Se refiere al arco triunfal que se encuentra en medio del puente de Alcántara. Se trata de una copia del original transmitida por autores de los siglos XV y XVI.

                                     

Municipia                                               

Provinciae

Lusitaniae· stipe

conlata· quae· opus

 5    pontis· perfecerunt

Igaeditani

Lancienses· Oppidani

Talori

Interamnienses

10   Colarni

Lancienses· Transcudani

Aravi

Meidubrigenses

Arabrigenses

15   Banienses

Paesures

 

Corraliza en la línea 3: Lusitanie y Estipe. En la línea 5: Potes. En la línea 6: Igedetani. En la línea 7: Lencienses. En la línea 8: Tracundane y Viu y Hubner Talori. En la línea 8, Corraliza: interammienses y Viu y Hubner: interannienses.  Corraliza en la línea 10: Tracundani. En la línea 11, Viu y Hübner: Aravi. Viu coloca el pueblo baniense entre las líneas 7 y 8 es decir entre lancienses oppidani y talori. Vives hace de aravi meidubrigneses una sola línea, de igual manera que con banienses paesures.

La citada inscripción ha sido motivo de controversia al igual que buena parte de los epígrafes relacionados con el puente de Alcántara. Una gran parte de los investigadores la consideraron falsa, pero otros, entre los que se incluyen García y Bellido y García Iglesias, abogaron por la autenticidad del citado documento. Aportan –sobre todo este último– razones de peso para considerarla auténtica. Sería, pues, una copia del original realizada por autores de los siglos XV y XVI, que por estar en aquellos entonces muy desgastada y de difícil lectura, la transmitieron con algunas variantes. Ofrecemos aquí la versión de Hübner.[iv]

        3.-Inscripción honorífica-monumental de forma rectangular. Según Corraliza (trascripción de los manuscritos de Pedro Barrantes Maldonado, 1558 y 1586) era una gran piedra de cantería que tiene 18 palmos de luengo.

Se hallaba en el frontispicio del templo situado al lado izquierdo del puente de Alcántara. Hoy perdida.

Imp(eratori)· Nervae· Traiano· Caesari· Augusto· Germanico· 

                                                         Dacico·Sacrum

templum· in· rupe· Tagi· superis· et· Caesare· Plenum

ares· ubis materia· vincitur ipssa sua

avis· quali· dederit· voto· frotase· requiret

5     cura· viatorum· quos· nova· fama· iuvat

ingentem· vasta· pontem· qui· mole· peregit

sacra· litaturo· fecit· honore· Lacer

qui· pontem· fecit· Lacer· et· nova· templa· dicavit

scilicet· et· superis· munera· sola· litan

10   pontem· perpetui· mansurum· in· secula· mundi

fecit· divina· nobilis· arte· Lacer

idem· Romuleis· templum· cum· caesare· divis

constituit· felix· utraque· causa· sacri

C· Iulius· Lacer· h· s· f· et· dedicavit· amico Curio Lacone·Igaeditani

                                                     

 

La inscripción que se encuentra en el dintel del templo situado en el Puente es una copia de la original mandada hacer por Pedro Carvajal y Ulloa, Gran Maestre de la Orden de Alcántara, en 1648. La citada copia presenta errores ortográficos y algunos añadidos con respecto a la original, como ya destacaba Hübner. Especialmente la última línea, que este autor considera que no aparecía en el original.


Según Gimeno, en un estudio reciente, la inscripción está muy manipulada y ha sufrido distintas restauraciones, por lo que cree muy posible que sea falsa[1].

Se data en el 105-106.[v]

       4.- Inscripción honorífica-monumental. Se hallaba en el frontispicio del templo situado al lado izquierdo del puente de Alcántara. Actualmente desaparecida.

            [M(arco) Aurelio Caes(ari)] Imp(eratoris)· Ca(e)s(aris)· T(iti)·

                AeliHadriani An[tonini Aug(usti) p(ii) f(ilio)]

          

La reconstrucción de este epígrafe fue realizada por Hübner. [vi]Se fecharía en la segunda mitad del siglo II.

Aparte del arco, a la entrada del puente existe un edificio que tiene también un gran valor documental.Se trata de un templete hecho totalmente de piedra, incluida la cubierta a dos vertientes. Tiene dos columnas toscana en la fachada y al interior presenta restos que parecen indicar una división interna del espacios como una pronaos u una naos.

                        C(aius) Iulius Lacer d(e) d(ecurionum) s(ententia) f(ecit) et dedicavit amico Curio Lacone Igeditano

  Cayo Julio Lacer, fue el arquitecto romano que lo construyo el puente, e hizo este templo y se lo dedicó a su amigo Curio Lacone natural de Idaña. Mando Cayo que pusiesen sus cenizas en este templo en una urna, cuya tapa que andaba rodando por los suelos, no solo recogió esta Pedro Barrantes Maldonado sino también el ara, llevándola a su casa y la puso en la calle bajo su puerta la cual tiene unas letras en círculo que dice[vii]:

                                      C I L H S E S T T L

         Quiere decir: Cayo Julius Lacer esta aquí enterrado sea la tierra leve.

                                

JOSE ANTONIO PAJUELO JIMÉNEZ.

                                                                                           "CREANDO CULTURA"

                                     

 

 

 

 

 



 



[i] La mina de plata de Guadalcanal (Sevilla)es una de las principales minas históricas, su riqueza hizo pensar que este yacimiento era el Potosi español, por eso, en 1555, el estado se hizo cargo del mismo.

[ii] Julio Esteban Ortega. Corpus de Inscripciones Latinas de Cáceres. I Norba-

[iii] J. V. Corraliza, 1974, págs. 159-60; J. Viu, 1852, págs 154-55; CIL II, 760 (CMPC, págs. 128-129; CPILC, 14; AE, 1977, 352) L. García Iglesias, 1976, págs. 263-275; ILER, 2066; R. Hurtado, 19763, págs. 604-618.

 

[iv] J. V. Corraliza, 1974, págs. 159-60; J. Viu, 1852, págs 154-55; CIL II, 760 (CMPC, págs. 128-129; CPILC, 14; AE, 1977, 352) L. García Iglesias, 1976, págs. 263-275; ILER, 2066; R. Hurtado, 19763, págs. 604-618.

 

[v]  J. V. Corraliza, 1974, págs. 155-157; J. Viu, 1852. págs. 144-147; CIL II,  761 (CMPC, págs. 134-138; CPILC, 15; AE, 1958, 289); H. Gimeno, 1995, págs. 87-145 (HEp 6, 1996, 189).

[vi] CIL II,  762 (CPILC, 16).

 

[vii] Transcripción de José V.Corraliza del manuscrito 17996, folio 33 v. y 36

sábado, 17 de julio de 2021

El LEGADO ARQUITECTONICO ROMANO





Las obras de ingeniería que se construyeron a lo largo de las calzadas romanas, muestran los notables proyectos de la arquitectura itálica, bien sistematizada ya a comienzos del siglo I a-de C. Resultan ser los puentes de la primera época verdaderos trasuntos de lo que se puede apreciar en las vías más significativas de la península itálica, con caracteres formales bien definidos: pilas robustas, provistas de tajamares redondeados y arquillos de aligeramiento para facilitar el discurrir de la corriente en las grandes avenidas, arcos de medio punto, bien trasdosados y con la clave bien marcada, que se voltean sobre impostas salientes, en voladizo, que coronan las referidas pilas. La norma de arcos y tímpanos, hacen que las dovelas que forman los arcos enlazan perfectamente con las hiladas de los tímpanos. Un almohadillado de tipo rustico con sus efectos claro oscuro la monotonía de las hiladas.



El ejemplo más característico es el puente sobre el rio Guadiana que comprendía dos tramos de arquerías en medio de las cuales se situaba un macizo o malecón protegido por un tajamar que se prolongaba aguas arriba conde concluía en “proa de galera” y permitía el rompimiento de las corrientes del Ana en dos direcciones, hacia ambos tramos arqueados. Sus congéneres: el puente sobre el Albarregas, (el puente está compuesto por cuatro arcos de medio punto con dovelas de similares almohadillados, decoración muy común en la época de Augusto. Tiene una longitud de ciento cuarenta y cinco metros, casi ocho metros de ancho, distancia más que suficiente para el paso holgado de dos carros. (El puente está compuesto por cuatro arcos de medio punto con dovelas de sillares almohadillados, decoración muy común en la época de Augusto. Tiene una longitud de ciento cuarenta y cinco metros, casi ocho metros de ancho, distancia más que suficiente para el paso holgado de dos carros), la “Alcantarilla romana” de un solo ojo, el destruido puente de Aljucén y posiblemente el de Caparra muestran esa tipología antes descrita, con ciertas variantes de detalle, a propósito del cabeza de serie.

Las inscripciones referentes a este puente de Alcántara, de las que hablaremos en otro artículo, parecen dar la razón a Gaius Iulius Lacer, su feliz artífice que lo construyó para que durara durante siglos, siendo esta fabrica uno de los mas claros exponente de lo que fuera la obra utilitaria romana.

FOTO

Ubicado en una zona aparentemente sin importancia, se construyó con toda magnificencia, en un tajo, en una región bien considerada por sus yacimientos metalíferos. Sus altas pilas provista de contrafuertes que realzan su verticalidad y sus arcos sirvieron para propiciar esa monumentalidad buscada y se consideraron arquetipo de otras singulares obras de fábrica entre las que destaca el puente de Segura (construido en la provincia romana de Lusitania para dar continuidad  a la calzada romana que comunicaba Norva Caesarina sobre la vía de la Plata con la civitas Egitania y con Bracara Augusta (Braga Portugal) para poder salvar el rio Erjas, cuyo curso marca la línea fronteriza sirviendo este puente como paso internacional de ambos países).


De la misma época que el alcantarino debe ser el puente de Alconetar, hoy mutilado y ubicado en un nuevo emplazamiento.

El dominio del agua por parte de los romanos se refleja en sus complejos hidráulicos sobre todo en los que se reflejan en Augusta Emerita. Las airosas arquerías elevadas de sus acueductos, unido a su paisaje urbano, constituyeron sin duda uno de los emblemas de la ciudad.



El origen de las conducciones, procedentes de los embalses de Cornalvo y Proserpina, ambos con estructuras similares de obra compuesta por muro de hormigón con paramento de sillarejo y espaldón de tierra (barrera de contención para resistir el empuje de las aguas), aunque con soluciones diferentes en la ubicación de sus torres de compuertas, es un reflejo más de la pericia de los ingenieros romanos, quienes supieron resolver con sencillez un problema de esta naturaleza.


Resultan de una gran espectacularidad las galerías por la que discurría hasta la ciudad de Mérida el conducto de Rabo de Buey, de gran altura y esmerada construcción, No menos singulares son los rectos de arcuationes (conducción sobre arcadas) tendidas en las vaguadas que había que atravesar los conductos y un túnel que hubo de hacerse en un macizo granítico en la conducción de Proserpina.



Pero lo emblemático está en esas altas arquerías de la conducción de Rabo de Buey, hoy reducidas a tres pilas y dos arcos, y las mejor conservadas de los Milagros, expresiva denominación, de la que se hicieron lenguas eruditos y viajeros. Aquí tenemos otro ejemplo de la pericia que alcanzo la ingeniería romana peninsular, capaz de afrontar con autoridad los problemas que dichas fabricas comportaban.

José Antonio Pajuelo Jiménez

                                 "CREANDO CULTURA"


Biografía: J.M. Álvarez Martinez. NOSOTROS. Extremadura en su patrimonio. Pag.65.
Fotografías del M.C.E.








lunes, 28 de junio de 2021

ATAECINA.

 

SANTA MARIA EL TRAMPAL.

ATAECINA Y SANTA MARIA DEL TRAMPAL.

 Conocí la iglesia de Santa María del Trampal a mediados de los años 78, cuando fueron tomadas las fotografías que presento en este trabajo. Se encuentra situada a cuatro kilómetros de la Vía de la Plata, siendo posible que un ramal de este camino se desviara en dirección a Trujillo pasando por el Trampal o muy cerca de él. Pues llama la atención que la fábrica de Santa Lucía en su totalidad está construida por sillares reutilizados que pertenecieron a otros edificios más antiguos, posiblemente romanos, ya que muchos contienen inscripciones romanas, aras dedicadas a la diosa Ataecina, diosa celtibera asimilada por los romanos como Ceres y Proserpina. Esta diosa, tenía su culto en Turóbriga ciudad celta citada por Plinio, pero carecemos su ubicación actualmente, Plinio la sitúa en Betaria donde tenía un templo dedicado a su culto. Estuvo también muy extendido su culto en la Betica y Lusitania.

La Gran Enciclopedia Extremeña dice lo siguiente de nuestro templo de Santa Lucía del Trampal:

El mejor hallazgo de época visigoda es la basílica de Santa Lucía en el lugar del Trampal, quizás sobre un santuario pagano previo, como indican algunas de las numerosas inscripciones romanas allí encontradas. La basílica del Trampal es la única de época visigoda que permanece en pie en el área sur de la Península. Tiene un cuerpo de tres naves muy estrechas, separadas por pilares que ya no existen, un estrecho pasillo central que comunica con un crucero, y tres cabeceras rectangulares. A un lado y otro de las naves, se desarrollan habitaciones adosadas de función incierta. Es posible que el estrecho pasillo ante el crucero, cerrado por canceles, fuera el lugar del coro, y el crucero, con salidas al exterior por dos puertas laterales, lugar de comunicación entre las cabeceras y el pasillo. En la cabecera central se dispondría el altar, siendo lo más probable que las laterales sirvieran como sacristías. El cierre de las cabeceras es abovedado en herradura, y el del crucero también.

Debió haber aquí cimborrios cuya fragilidad no ha permitido su pervivencia. La bóveda del crucero está reforzada con arcos fajones de herradura, y éstos, junto con los arcos de entrada en cada cabecera formarían los arcos torales que soportaron los cimborrios. Bajo cada arco existían columnas con carácter ornamental, que, al igual que las impostas de mármol, con labores de talla y capiteles, faltan hoy. La basílica del Trampal, acompañada de otra construcción a 200 m quizás también religiosa, se considera monástica, y fue realizada en el siglo VII.



A pesar de que el edificio siempre ha estado a la vista y era conocido por la gente del lugar fue descubierto, o redescubierto, en 1980 por D. Juan Rosco Madruga profesor de Geografía e Historia y su esposa. Entonces era una ruina a punto de hundirse definitivamente como le ocurrió a otra iglesia, la de Santiago, situada apenas a seiscientos metros de ella y cuyos sillares terminaron sirviendo para restaurar la fachada de la parroquia de Alcuéscar.

 






Los trabajos de excavación y restauración del templo proporcionaron 31 inscripciones romanas, de las que quince son altares dedicados a la diosa indígena “Ataecina”. Este conjunto, unido al gran número de monumentos anepigráficos, constituye la evidencia del mayor santuario de esta divinidad conocido hasta la fecha, solo compatible al del dios lusitano “Endovellicus”. La revisión de todos los testimonios de “Ataecina” hallados en Hispania permite ver que su culto se extendió por las regiones orientales de la provincia de Lustania y que, ocasionalmente, entró en contacto con el culto de Proserpia. “Tubriga/Turobriga”, el enclave principal del culto pudo estar dentro del territorio de “Emerita Augusta”, no lejos del templo de Santa Lucia y cerca del paraje de “Las Torrecillas”.

Se puede pensar que el centro del cuto se localizaba en una ciudad llamada Turóbriga, de la cual no se sabe si pertenecía a la Bética o a la Lusitania, también se ha pensado que más que una ciudad, pudiera ser un lugar sagrado donde se realizarían los ritos, siendo una zona de encuentro de vetones, lusitanos y célticos, e inclusive pactos entre ellos.

Las aras votivas dedicados a la diosa Ataecina designada como DEA DÖMINA ATAECINA TUROBRIGENSIS PROSERPINA o simplemente como DEA DÖMINA ATAECINA TUROBRIGENSIS.

Ataecina, fue una diosa ctónica adorada por los antiguos iberos, lusitanos, carpetanos en la Península Ibérica, se la rindió culto antes por los pueblos anteriores a los romanos, conocida con el apelativo “Turobrigensis”, era la diosa del renacer, la fertilidad, la naturaleza y en muchas inscripciones de añade “servatrix” o conservadora de la salud, pues hay una inscripción en Merida en la que se relaciona con las aguas.Diosa que tenía un carácter agrícola (el renacer de la primavera y el renacer la vegetación de la tierra y un carácter infernal, por lo que se le asocia al inframundo (para descender con el otoño y vivir bajo la tierra en invierno). En los yacimientos donde se han encontrado objetos e inscripciones, se encuentran cerca de explotaciones minera de hierro y estaño; lo que refuerza el carácter inframundo de esta deidad, ya que en diferentes mitologías el dios del inframundo es poseedor también de los metales y minerales ocultos en las entrañas de la tierra.

Tenía poder para descubrir objetos robados y castigar a los ladrones. Muchas lápidas votivas contienen oraciones o evocaciones para protegerse de los robos y recuperar los objetos robados.



Diosa Ataecina Turibrigense Proserpina, te ruego pido y demando, por tu gran majestad, que seas mi vengadora en cuantos robos me han sido hechos; un “quídam” (uno, alguno. N.A.) a mí me ha escamoteado, en menos tiempo que se tardó en hacerlas, las cosas que abajo escribo: túnicas, seis; capota de lienzo dos, camisas…

Traducción de Garcia Iglesias.

El símbolo principal con la que se identifica esta diosa son las “cabras”. No se sabe si la cabra simboliza su carácter agrícola o su carácter infernal, lo que se sabe es que era una de las principales bases de la economía de los que le rendían tributo. En la superficie superior de las aras, suele haber unos huecos, generalmente cuatro, uno para cada pata, que servían para sujetar una estatuilla de cabra realizada en bronce (exvoto) o bien unos cilindros en los que se tallaba un rostro de grandes ojos redondos combinados con otras formas geométricas que conformaban los rasgos de la cara.




Ataecina, es una diosa local, como el dios lusitano Endovelico, siendo el medio natural el lugar del culto, espíritus protectores del lugar, relacionados con otros espíritus y divinidades ctónicas. Estos santuarios son de difícil acceso, tal vez buscando el misticismo entre lo oculto dando mayor énfasis a lo sagrado.

Se deduce que Santa María del Trampal, fuese construida sobre un lugar de culto tradicional anterior (santuario dedicado a Ataecina) y donde se aprovecho el material como queda constancia en numerosas partes de sus muros.

 

 

José Antonio Pajuelo Jiménez.

                                                               “CREANDO CULTURA.”

lunes, 14 de junio de 2021

LAS VIAS Y CAMINOS SECUNDARIOS ROMANOS.

 

LOS CAMINOS SECUNDARIOS A  LA VÍA DE LA PLATA Y CALZADA DE DALMACIA.

Algunos investigadores han señalado que el auge de la Vía de la Plata fue en el periodo tartésico  que tendría como objetivo la consecución de los metales precioso  de Galicia así como las minas auríferas del Tajo. Lo que suponemos es que la Vía de la Plata se construyó sobre un camino ya existente o sobre senderos que exigieron un gran trabajo para la solidificación del terreno, al que echaban una capa inicial de grava, otra de cemento y finalmente losas de piedras. En principio, era buscar en la medida de lo posible la línea recta, y en ocasiones recurrieron a obras de ingeniería muy complejas para salvar los obstáculos naturales, puentes, galerías en las rocas o inclusive cortar las rocas en los pasos de montañas.



Para evitar la acumulación de agua, los romanos construían las vías abombadas, con el fin de evitar la acumulación de agua de lluvia, así se evacuaría hacia el exterior de la vía y no quedase estancada en el centro, para lo que A los dos lados se excavaba una pequeña fosa para canalizar el agua a ambos lados de la calzada.



Entre las mansiones Rusticiana y Caecilius Vicus, los testimonios arqueológicos hallados en puntos alejados de la Vía, nos permiten pensar en una red de caminos secundarios que es el factor que posibilita esa trama de interrelaciones socios económicos y culturales. El reconocimiento de estos caminos se asienta en tres tipos de fuentes; por una parte los restos materiales: yacimientos, lápidas, obras de Fábricas, por otro lado, los factores geográficos o naturales y por otro lado los datos toponímicos.

Entre las mansiones Rusticiana ( Se identifica  con los restos arqueológicos existentes en un cerro en las estribaciones de la Fuente del Sapo, en Galisteo)  y Caecilius Vicus (su ubicación exacta es una incógnita, se situaría dentro de la provincia de la Lusitania podría corresponder con Baños de Montemayor otros historiadores discrepan ya que según él  según itinerario de Antonino se encontraba en la milla CXXXII de la calzada que correspondería a los términos de Puerto de Béjar o Peñacaballera), este tramo escasamente romanizado y en el que se ubica Cáparra como una ciudad de carácter provinciano en un territorio  que resulta muy interesante  dado que en ella convergen varias rutas de comunicación íntimamente vinculadas al medio físico.

- La Vía de la Plata que por el borde oriental de la fosa del Alagón, busca el paso natural de Baños hacia el Puerto de Bejar. Su recorrido aprovecha la fractura originada por la falla de Plasencia.

- La calzada del Valle del Jerte que discurre paralelamente a dicha falla y asciende al puerto de Tornavacas.

 Ambas rutas sirven, a través de los puertos de montañas, para comunicar con la meseta castellana.

- La calzada del Valle de la Vera con intrincadas rutas que se benefician de los escasos pasos a través de las gargantas.

- La vía transversal que une las dos fosas más importantes de la provincia de Cáceres, la del Alagón y Tietar, cuencas sedimentarias con mínimas cotas de altitud y que posibilitaron la relación de Caurium y Augustobriga.

Estas rutas debieron ser utilizadas como caminos tradicionales antes de la época romana como indican los hallazgos del Bronce: castros y verracos del Rebollar, el Torno y Cabezuela. Objetos del Bronce Orientalizante de Villanueva de la Vera. Actualmente no hay ningún trabajo que estudie los yacimientos del Bronce para establecer la relación con las rutas naturales de desplazamiento  de hombres y animales en esta época. La totalidad de estos caminos debió seguir utilizándose en época romana. Así desde la ruta principal, la Vía de la Plata parten y a ella convergen un conjunto de vías subsidiarias y ramales.

Esta Vía aparece acompañada por otras dos vías subsidiarias que tuvieron también cierta importancia, en sentido paralelo discurre la calzada del Valle del Jerte de la que se conserva un tramo en el puerto de Tornavacas y se dirige al Barco de Ávila, la describe Flores del Manzano en su libro “Aproximación a la Historia del Valle del Jerte”. Que partiendo de Rusticiana y aprovecha en su recorrido un claro accidente tectónico que le proporciona unas cotas mínimas de unos 500 metros.

Una segunda calzada, es la de Dalmacia, que partiendo de Turmulus o Vado de Alconetar se dirige por el Oeste a Caurium (Coria) para ascender al Puerto de Perales, Gata, San Martin de Trevejo y continuar en dirección a Ciudad Rodrigo (Miróbriga). Este puerto se llamó Almazay en época árabe. A esta calzada se hace referencia un documento de Alfonso IX otorgado el 10 de octubre de 1226

De la calzada del Jerte parte a la altura de la dehesa “El Calamoco”, la calzada que servía para enlazar la Vía de la Plata con la ciudad de Augustobriga, cruzando el Tietar por el vado de la Bazagona.



Por el oeste y también desde Rusticiana, se desarrollaba un ramal  de la Ruta de la Plata que conducen a Coria (Caurium), que tras atravesar el Aragón por el vado de la Macarrona, llegaba a Coria.

Tanto la vía de Augustobriga como el ramal que conduce a Caurium, son vías transversales que discurren por las fosas sedimentarias del Tietar y Alagón sirviendo de unión entre ambas a la altura de Rusticiana.



Por otro lado, nos encontramos una serie de caminos secundarios que posibilitaban la comunicación entre calzadas, por ejemplo la Via de la plata se unía con la del Jerte por los dos únicos pasos posible en la Trasierra: son los puertos de San Gamello y de Honduras. No existe en el santoral cristiano un santo denominado así, haciendo un estudio con Oscar San Macario y Julio Esteban Ortega a los que habíamos puesto en conocimiento de una tumbas tardo romanas que quedaron al descubierto a consecuencia de las bajada del nivel de  las aguas del pantano del Jerte, nos permitió hacer un estudio, llegando a la conclusión previo  al reconocimiento del terreno de la existencia de una necrópolis romana, y restos de cerámica tosca. Tuvimos la suerte de encontrar en un cancho de considerables dimensiones una inscripción romana cuta transcripción epigráfica es: AUNIA CUMELIO”, AUNIA HIJA DE CUMELIO”. Pensamos en la tergiversación de la pasabra Cumeliu e Cameliu… Camello… Gamello… Este camino arranca de Cáparra y tras atravesar San Gamello desemboca en la calzada del Jerte en las proximidades de la dehesa de San Polo y Navamojada . Al norte se encuentra un segundo paso que desde Aldeanueva del Camino que va un punto intermedio entre Cabezuela y Jerte, a través del Puerto de Honduras.

José Antonio Pajuelo Jiménez

                                                     "CREANDO CULTURA"

Biografía: La vía de la plata entre las mansiones Rusticiana y Caecilius Vicus. Salvadora Habas Quiros y Victoria Rodrigo Lopez.

Sayans Castaño. Marceliano. Artes y pueblos Primitivos de la Alta Extremadura. 1957.

Flores del Manzano. F..Aproximación a la historia del Valle del Jerte. 1982.

Fotogradias de las tumbas "Tardo romanas", Luis Miguel Sánchez Benito.

 

                 


 

lunes, 17 de mayo de 2021

LOS PERGAMINOS PÉTREOS DE LA RUTA DE LA PLATA

 

Los Pergaminos Pétreos de la Vía de la Plata.


Cuando me encontraba ejerciendo en Casas de Millán por el año 1978 leí un artículo sobre los miliarios en unos de los periódicos de le época su autor Gregorio Gallego Cepeda, hoy buscando en las carpetas de mis viejos recortes de artículos, me encontré otro de la Junta de Iniciativas Turísticas del año 1967 donde se daba la idea de colocar en la carretera general Sevilla- Gijón, (nacional 630) una serie de Miliarios traídos de la original “Vía de la Plata” o “Calzada de la Plata romana”. Ambos artículos se cumplimentaban, pues su fin era rescatar del olvido estas piezas arqueológicas.

Estos miliarios, al mismo tiempo que servirían de ornato, ya que estratégicamente colocados sobre pedestales la adornarían de forma artística, y darían realce por su autenticidad motivando con su exposición una constante lección de historia.

Así, algunos de estos miliarios fueron rescatado de su secular abandono donde yacían, unos partidos, otros enterrados por los corrimientos de tierras; otros mudados de su original emplazamiento y situados en lugares tan peregrinos como encuadras donde los hemos vistos utilizados como columnas para sostener el edificio. Otros utilizados como arrendaderos o empotrados en paredes de edificios, y a muy pocos se les ocurre pensar que aquellas piedras sirvieron hace dos mil años de hitos marcadores de distancias en las grandes rutas del imperio romano.

Lo que hemos recorrido en casi toda su extensión a través de la provincia de Cáceres la Calzada romana o la Vía Lata sabemos que discurre actualmente por terrenos quebrados y sembrados por otros quedando recorridos sin rastro y a veces confundo con la ruta ganadera de la Mesta que durante todo el medievo hasta el siglo XX sirvió de paso a las merinas y ganados trashumante. Peregrinación que costó infinidad de viajes y de molestias pero que dio como fruto el conocimiento correcto de casi toda la vía de la Plata, y la situación en ella de los miliarios, de los que, nos ocupamos.



Hacemos una breve reseña historiográfica que nos aclara lo que fue la “Vía de la Plata” o “Calzada de Plata”. Durante las guerras que los romanos sostuvieron con el caudillo lusitano Viriato por los años 140 antes de J.C. el general Servilio explanó una ruta militar desde el rio Anas (Guadiana) hasta el rio Tajo. En la confluencia del rio Almonte con el Tajo está situada una población que se llamaba Túrmulus (en las cercanías de Garrovilla de Alconetar), hasta esta llegó la explanación que Servilio construyó para facilitar el movimiento de las legiones romanas en la conquista de la España Ulterior.

Esta vía fue prolongada por Quinto Cecilio Metelo por los años 80 antes de J.C. en sus luchas contra Sertorio. Con posterioridad, pacificada ya la Península, allá por los años 25 antes de Cristo, esta Vía Lata, fue la ruta general de todo el occidente de España, subiendo hasta Cantabria y Galicia. Prolongación que, si bien en principio fue hecha con fines pacíficos, fue utilizada hasta bien entrado el siglo XIX.

Por ella pasó todo el movimiento económico y social y humano y sirvió de cordón umbilical a todo el occidente Peninsular.

Diferentes emperadores durante la dominación romana repararon y acondicionaron esta ruta y colocaron a lo largo de ella la prueba incontrovertible de los miliarios con la epigrafía, resaltando la obra realizada.



Los miliarios marcaban los mil pasos. Estas millas romanas son consideradas aproximadamente en 1.478 metros (milia passum), y llevaban su numeración a todo lo largo de la Vía. Dentro de la provincia de Cáceres, desde sus límites con la de Badajoz hasta la de Salamanca, había seis “Estancias”, perfectamente reseñadas en el “Itinerario” de Antonio Caracalla, siendo estas Ad Sonores (Casas de Don Antonio), Castra Cecilia (Cáceres), Túrmulus (Cercanías de Alconetar), Rusticiana (Galisteo), Caparra, y Ceciliu Vicus (Baños de Montemayor, aunque algunos historiadores piensan en Puerto de Bejar o en Peñacaballera).



Aproximadamente había unas veinte o veinticinco millas de separación entre cada una de ellas. En la provincia de Cáceres había pues, más de cien miliarios. Estas paradas facilitaban el descanso de los viajeros y animales, así como el transporte de mercancías; son las mansiones que alcanzaron un grado de urbanización desigual. Solo la mansio Capera llegó adquirir cierto nivel urbanística.

Gracias a este artículo del año 1970, las administraciones locales de los diferentes pueblos los recogieron, y aunque fueron desplazados de su ubicación original, se muestran a la población con ellos parte de nuestra historia, como es el caso del parque de los miliarios de Carcaboso, otros desplazados a casas al encontrarse dentro del terreno de fincas particulares, o en el museo arqueólogico  siendo restituidos por reproducciones como es el caso del miliario del Puerto de los Castaños, el de Caparra y Aldenueva del Camino, otros miliarios “in situ”, olvidados o semienterrados como los que mostramos en las fotos a lo largo de la vía de la plata.



El rescate de estas piedras fue una obra meritoria que ha garantizado su conservación, evitando su destrucción y pérdida. Pertenecen a esta vieja España llena de pergaminos pétreos.

A mi nieto Mateo, que hoy día 18 cumple dos años.

José Antonio Pajuelo Jiménez

                             

                                                       “CREANDO CULTURA”

 

sábado, 1 de mayo de 2021

ENTERRAMIENTOS EN MÉRIDA.

 

LAS PRINCESAS SUEVAS.


Los suevos eran un grupo germano que pertenecían a diferentes tribus de distintos nombres, oriundos de Alemania eran pueblos móviles y no dependían dela agricultura convirtiéndose en una amenaza tanto para Roma (fueron mencionados por Julio Cesar) como para otras regiones europeas. Llegaron a la Península Ibérica a Galicia, Asturias , León norte de Portugal y establecieron un reino que duro unos 170 años hasta la llegada su sometimiento por los visigodos y posterior integración en el Reino Visigodo de Toledo.

En el siglo V el imperio romano no representaba lo que fue anteriormente. Las grandes ciudades como Mérida se vio obligada a levantar murallas para defenderse de los peligros exteriores que le acechaban, y para ello se desmontaron edificios como monumentos funerarios, templos  con el fin de extraer los sillares suficientes necesarios para las murallas. Pero de nada valió, pues en el año 429 el rey suevo Heremigario logró saquear la ciudad de Mérida había llevado a cabo pillajes en la Lusitania, y en Mérida que había tratado con desprecio, injuriando a la mártir Santa Eulalia. Vuelto sobre sus pasos, Genserico forzó la huida de Heremiagio que en su precipitación se ahogó en el rio Guadiana. Surgiendo una clase dirigente procedente de Europa Oriental, que se mantendría en el poder una década y enterraba a sus muertos en la zona norte de la ciudad.


Estos terrenos hoy día corresponden a la calle Almendralejo, donde los arqueólogos correspondientes al Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, han hallado decenas de enterramientos de los cuales nueve corresponden a “princesas” suevas, con sus ajuares de oro y plata que coinciden con su decoración a otros hallazgos encontrados en otros yacimientos de Ucrania, Polonia, Rusia y Serbia.

La zona a la que nos referimos fue una zona industria y funeraria, que incluía monumentales sepulturas, depósitos de cremaciones, inhumaciones infantiles o pequeñas fosas de cerámicas. Al principio de siglo V el barrio sufrió un colapso arquitectónico que hizo sucumbir los edificios al encontrarse extramuros de la ciudad y ser más propensa a los ataques. Pero no fue abandonada del todo, pues a mediados del siglo V fue reutilizada como necrópolis por los nuevos señores de la ciudad “los suevos”.


Aparte de los numerosos cuerpos exhumados en las diferentes tumbas, se halló un grupo de enterramientos que escapan a lo habitual por los diferentes objetos que visten los cuerpos o los acompañan. Se trata de un grupo de nueve jóvenes que fueron inhumadas con fíbulas, pequeños broches, pendientes, colgantes, collares, anillos laminas repujadas una jarra de cerámica y una copa de vidrio.


Uno de los cuerpos luce fíbulas plateadas, uno de los más destacados exponente del atuendo femenino y aristocrático propio de los pueblos del comienzo del siglo V, que protagonizaron las migraciones europeas.


La mayor parte de estos adornos forman parte del ornato femenino, además de los pendientes, cuyo carácter distintivo es su remate poliédrico. Son habituales las cuentas de collar o los juegos de manicura. Ajugas de oro que posiblemente sirvieron para asir recoger las ropas o mantos que suelen aparecer de dos en dos en el peso o en el pecho de la difunta.

Gracias a los arqueólogos y equipo que han llevado con tanto esmero este descubrimiento que aporta mayor enriquecimiento al patrimonio a nuestra querida Mérida, e historia de Extremadura.

Biografía.

“Nobles jóvenes extranjeras”, las denomina el estudio Novedades en la necrópolis tardorromana de Mérida: las princesas bárbaras, de los arqueólogos Francisco Javier Heras Mora y Ana Belén Olmedo Gracera, donde hacen públicos los resultados de sus investigaciones.

 José Antonio Pajuelo Jiménez.  

 

                                         “CREANDO CULTURA”

EL COLEGIO DEL RIO.

  EL COLEGIO DEL RIO. El Renacimiento cultural placentino se apoya sobre cuatro pilares o instituciones docentes: La Cátedra de Gramática,...