lunes, 16 de septiembre de 2024

LA ERMITA DE SAN LAZARO,

 



En el siglo XV, los santos aparecen en los altares no solo por su ejemplaridad moral, sino por advocación protectora de algunas enfermedades, fenómenos atmosféricos o patronos de gremios, esta ermita, hallase fuera del cerco de la antigua ciudad y es una humilde construcción del siglo XVI, reformada. Consta de tres naves, de a tres tramos, con pilastras y bóvedas por arista, así es descrita por Mélida en su visita a Plasencia en 1924. San Lázaro el patrón de esta, y al que está dedicado el retablo, es patrón de los pobre y leprosos, Mandoz en su “Diccionario Geográfico” describe un hospital o casa de pobres a las afueras de esta ciudad para el recogimiento de los infelices pasajeros, posiblemente leprosos, por la iconografía que representaba su retablo.
La importancia de esta ermita no está en el edificio sino en lo que contiene, que vamos a describir.
Pinturas en tabla, aprovechadas en el moderno retablo de la ermita de San Lázaro y muy estropeadas. Aun así se reconoce su mérito. Deben datar del siglo XVI y debieron componer un retablo importante. Representan los conocidos pasajes bíblicos de Herodías y del rico Epulón, la resurrección de Lázaro, el lavatorio antes de la Cena, y la Virgen con el Señor difunto en los brazos. Son pinturas arcaicas de buena mano. Hoy desmontadas y restauradas, nos hace pensar que pudieron formar parte de un pequeño retablo, por las proporciones de la ermita, al estilo que ejecuto Correa de Vivar por los años 1525-1530.
En el cuerpo central de este, iría el tabernáculo, San Lázaro en escultura y en el remate la tabla de la Piedad, todo ello de abajo a arriba.


Los cuerpos laterales estaban dedicados a San Lázaro, y en este caso se unificaron las dos personalidades: el pobre de la palabra y el hermano de Marta y María: y ambos presididos por la imagen del pobre Lázaro.
En la parte izquierda de arriba abajo, Lázaro el pobre en casa del rico Epulón, y los Novísimos; y en la calle derecha, y también de arriba abajo, la Resurrección de Lázaro, y Cristo comiendo en casa de Lázaro o María ungiendo los pies de Cristo
En el banco la “Anunciación”, “El Nacimiento” y la “Epifanía”.
Todo ello hoy restaurado, por Don Pablo Rodríguez Mostacero y Pablo Javier Rodríguez Abad, recuperación posible gracias a la colaboración de Don Pedro Pérez Enciso y Dña. María Josefa Marcos Tome. Obra restaurada por la inestimable colaboración de Don Juan Ángel Sayans Gómez.


Hoy comentaremos algunas de las joyas artísticas que se encuentran en nuestra ciudad, hablamos del retablo cerámico de San Lázaro, del que se muestran fotos del siglo XIX, XX y XXI. en las diferentes ubicaciones, como en la ermita de San Lázaro, y en el museo catedralicio.





Retablo de San Lazaro en la ermita: Fotografias del archico de Jose Antonio Pajuelo Jimenez
Hallase fuera del cerco de la antigua ciudad la ermita de San Lazaro y es una humilde construcción del siglo XVI, reformada. Consta de tres naves, de a tres tramos, con pilastras y bóvedas por arista. 

La importancia de esta ermita no está en el edificio sino en lo que contiene, que vamos a describir.
Pinturas en tabla, aprovechadas en el moderno retablo de la ermita de San Lázaro y muy estropeadas. Aun así se reconoce su mérito. Deben datar del siglo XVI y debieron componer un retablo importante. Representan los conocidos pasajes bíblicos de Herodías y del rico Epulón, la resurrección de Lázaro, el lavatorio antes de la Cena, y la Virgen con el Señor difunto en los brazos. Son pinturas arcaicas de buena mano y de las que hemos hablado en el anterior articulo.

Virgen con el Niño, escultura en piedra, policromada. Siglo xv. Se hallaba en el retablo que vamos a describir, hoy se encuentra en la Iglesia de San Nicolas, en la capilla de Hernando de Loaisa,

Retablo de San Crispín y San Crispiniano.—Es un retablo de azulejos de Talavera de la Reina. Se hallaba al fondo de la nave de la Epístola en la ermita de San Lázaro. Obra fechada y de las más antiguas de dicha fábrica, es ejemplar notabilísimo en su género. La composición de azulejos pintados, en número de 401, comprende frontal del altar de 2,07 metros de largo y 0,91 de alto, con 138 azulejos y retablo de 2,79 metros de alto y 2,10 de ancho, con 263 azulejos. EL retablo consta de zócalo, dos cuerpos de a tres compartimientos separados y bordeados por columnas corintias y coronamiento en forma de frontón en el que hay otro recuadro y dos columnas. Sobre el triángulo de remate que hay encima se ve el escudo franciscano con las cinco llagas. Unos jarroncillos sirven de acroteras en esta parte superior del frontón y en sus arranques inferiores. En el dicho compartimiento alto se representa de medio cuerpo sobre rayos. A los lados se ven querubines. En el cuerpo siguiente se representa en el centro a la Virgen con el Niño sentada y a los lados el martirio de San Bartolomé y San Francisco de Asís. En el cuerpo bajo aparecen representados en el medio San Crispín y San Crispiniano sufriendo su martirio en una caldera puesta al fuego y en los compartimientos laterales San Acacio crucificado y San Gil.
En los tres recuadros del zócalo se representan en figuras pequeñas los Misterios de la Encarnación, la Natividad y la Epifanía. El frontal, que imita labor de bordado con bella ornamentación del Renacimiento, con su caída y fleco y sus guarniciones, muestra en un cuadro central rectangular una composición por demás curiosa, pues representa a los patronos de los zapateros, los dichos Santos Crispín y Crispiniano en su tienda de zapatearía, tras del mostrador, y ante ellos dos clientes, uno de rodillas, viéndose en anaquelerías numerosos calzados, más otros colgados.

Fotografia de Jose Gutierrez Delgado.
Por bajo del zócalo del retablo, en una faja de azulejos se lee en letras capitales la siguiente curiosa inscripción:
  ESTE RETABLº HICIER°N DE LIMOSNA LOS TRATATES DE LA ÇAPATERIA AN 1599
Por deterioro del último azulejo no se apreciaba bien la última cifra, la cual ha sido diversamente interpretada. Pero limpiado a instancia nuestra del yeso que lo tapaba dicho azulejo, resulta ser la lectura cierta 1599. A este retablo y al anteriormente descrito de Santo Domingo dedicaron un articulo publicado en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones (1. XXVIII 1919, p. 56), donde citan otros trabajos y hacen notar que el retablo de Santo Domingo es una obra de arte sabio y el retablo de San Crispín y San Crispiniano es por el contrario de arte popular. A este retablo dieron allí la fecha de 1590.
Actualmente este retablo se encuentra en unas de las salas del Museo Catedralicio, al igual que el retablo cerámico de la sacristía de San Vicente, o el friso de azulejo de la ermita de San Polo.
Biografía. Isabel Mateos Gómez. Plasencia 1992.
Catalogo Monumental de Cáceres. J. Mélida. 1924

                 José Antonio Pajuelo Jiménez -Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado.

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