REGINA
TURDULORUM.
En
las cercanías de la localidad de Casas de Reina, sureste de la provincia de
Badajoz, a unos dos kilómetros y junto a la carretera que conduce a Ahillones,
se encuentra los restos arqueológicos donde estuvo la primitiva ciudad romana de Regina, cuya
fundación tuvo lugar en el siglo I de la era cristiana y alcanzó pleno derechos
en el organigrama político romano ya en época Flavia.
La creación de una ciudad como esta en pleno territorio de la Baetica Turdulorum está condicionada por una serie de aspectos determinantes, como son la magnífica situación que ofrece el entorno, la riqueza de los suelos y la existencia de minas en los alrededores, como las minas de hierro de la Jayona, explotadas desde tiempos de los romanos e incluso prerromanos, aunque la explotación de minerales a gran escala comenzó en 1900 a 1920.
No
hay referencias documentales y de haberlas son escasas, que recojan datos de
esta ciudad, no sabiendo con exactitud cuál fue el momento de su fundación, ni
cuando se produjo el abandono que finalmente provocó su ruina. La población de
Regina se ubicó de modo conveniente en la vía que comunicaba Mérida con
Sevilla, junto a la desviación, que a través de Azuaga, llegaba a la vía de
Mérida a Córdoba, por lo que gozaba de una buena posición estratégica. Por otra
parte, también los recursos agrícolas y mineros de la región condicionarían el
emplazamiento de esta población.
Hoy
la ciudad ha desaparecido, teniéndose sobre su topografía alguna referencia
vaga, como el lugar donde se emplazaba el foro (lugar que se destinaba a mercados,
ferias y que normalmente se encontraba a las afueras de ahí su nombre), o la
localización del “Cardo Máximum”
(término empleado en la planificación urbanística en el imperio romano. Denota
una calle norte-sur en una ciudad o campamento militar, digamos que es la calle
principal).
Sin embargo el teatro, con su sólida estructura, ha pervivido hasta
nuestros días. Se encontraba cubierto en su totalidad, hasta que se iniciaron
excavaciones en el lugar en 1978, y ha puesto al descubierto la estructura
completa del edificio. El teatro es un ejemplar reducido en su género,
proyectado para un grupo de población secundario, con una capacidad aproximada
de 800 espectadores, calculada sobre las gradas que se conservan en la “cavea” (cavidad, hueco, designa la parte
de un teatro o anfiteatro romano o circo romano donde se encuentran las gradas
sobre las cuales se sentaban los espectadores que asistían a las
representaciones o espectáculos. Formada por graderíos ascendentes en forma de
terrazas) pudiéndose ampliar esta
cifra en el caso de que la parte superior del teatro también acogiera
espectadores. Todo el cuerpo de gradas se apoya
sobre un terreno natural, sobresaliendo en fachada solo el muro superior del
hemiciclo.
El teatro es de época de Domiciano, en excelente estado de conservación
como muestra su graderío. El edificio se realizó siguiendo los cánones vitruvianos.
Parece ser que este teatro constaba de un solo sector de gradas. Siendo
dudoso el fin al que estuvo destinado este espacio superior. Pudo construirse
aquí una galería, o tal vez esta plataforma acogió un graderío de madera que
complementase a la cavea construida.
El muro superior de la cavea presenta exteriormente grandes de hormigón
recubiertos de opus incertum (literalmente
es un obra irregular dentro de las técnicas constructivas romanas, se usaban
sillares de forma irregular, colocados aleatoriamente en el muro con hormigón),
y en él se abren cuatro puertas de entrada que comunicaban directamente a la
calle con el interior del teatro.
El material empleado en la construcción del teatro fue el hormigón como
nucleo, que tuvo como revestimiento un paramento de hormigón. Este último se
construye de modo particular, con cintas de mortero entre las uniones de una
piedra con otra, bien resaltada, creando de este modo un notable efecto
decorativo.
La orchesta es semicircular,
limitada entre la cávea y la scena y tiene una entrada mediante los
paradoi que se desarrollan en los frentes del hemiciclo.
La scena presenta un proscenium (la zona del escenario mas
cercana al público) dinámico, con entrantes rectangulares y semicirculares que
quiebran la línea recta del muro. El pulpitum
(escenario), con 45 m. de longitud por 6 m. de profundidad, tuvo un cubrimiento
de madera, cuyos restos aparecieron en la primera campaña de excavación, y este
entablado, debió mantenerse sobre pilares existentes bajo el hyposcenium.
De la scenae frons (frente
escénico), se conserva el podio de algo más de 3 m., sobre el que se elevaron
las columnas y entablamentos, estos últimos perdidos. Tiene este frente tres
entrantes semicirculares que se corresponden con las valvea (puerta principal), de las cuales la central, valva regia, es la mayor, y las
laterales, valvae hospitalium, tienen
medidas diferentes.
En el postcenium (es un ala a cada lado del escenario sonde los actores
pueden prepararse para la escena a representar, o almacenar cosas) se combinan
entrantes semicirculares y salientes rectangulares, probablemente estas
hornacinas se hicieron para albergar imágenes escultóricas, en una zona próxima
apareció la diosa Isis en mármol, que podría pensarse estuviera aquí ubicada.
El Foro se conserva gracias a las diferentes campañas arqueológicas
realizadas, han conseguido dejar a la vista algunos cimientos de casa y algún otro
resto de pavimento de la vía romana. Gracias a estas excavaciones se recuperó
un templo con una pequeña sala dedicada al culto del emperador.
La extensión total de la ciudad de Regina llegaría hasta la carretera
regional que comunica Llerena con Fuente de Arcos, donde se han encontrado
algunas villas romanas, constatada por la presencia de teselas que habrían
formado parte de los mosaicos decorativos de las dependencias de este tipo de
edificaciones destinadas con actividades agrícolas. En las actas del II
Concilio Hispalenses que presidió San Isidoro, la ciudad se encontraba habitada
en el año 619, su abandono podría haber sido consecuencia a raíz de la
dominación árabe.
José Antonio Pajuelo Jiménez.
“CREANDO CULTURA”.
Biografía: Centro de desarrollo Rural “Campiña Sur”.
Álvarez Martínez J.M. El Teatro romano de
Regina. Badajoz 1982
Casas de Reina.pag. 266.
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