sábado, 22 de febrero de 2025

EL COLEGIO DEL RIO.

 

EL COLEGIO DEL RIO.

El Renacimiento cultural placentino se apoya sobre cuatro pilares o instituciones docentes: La Cátedra de Gramática, el Colegio de los dominicos, el Colegio de los Jesuitas y el colegio de San Fabián. De los tres primeros ya hemos hablado en nuestro bloc. Vamos ahora a referiros a esta última institución. Cuando la sede placentina estaba todavía vacante, antes de que se nombrase obispo a D. Francisco Tello y Sandoval, tuvo lugar un acontecimiento importante, la muerte de D. Fabián de Monroy, arcediano de Plasencia y Béjar y arcipreste de Calzadilla, en la diócesis de Coria, que tuvo lugar en la noche del 6 de marzo de 1578, el hecho de haber dejado en su testamento una importante fundación: el Colegio del Rio o de San Fabian. En el Archivo de la Catedral se conserva una copia del testamento de don Fabián de Monroy en el que podemos leer:” Estando en las casas de don Fabián de Monroy, arcediano de Plasencia y Béjar, que está pasando el rio de Jerte, extramuros de la ciudad d Plasencia, a quatro días del mes de marzo de mil quinientos y setenta y ocho años…estando enfermo de cuerpo y echado en una cama, e sano de voluntad y en sus seso, juicio y entendimiento natural, a lo que parecía dio y entregó a mi, el escribano, esta escritura cerrada e sellada e dixo que lo de dentro escrito en su testamento … y es su voluntad que no se abierto hasta después de sus días”, en este testamento hológrafo don Fabián dispone lo siguiente:


A.- Fundación de un colegio: Item quiero y es mi voluntad que en esta casa que al presente vivo, con todas la viñas y jardines que ella tiene, se haga un Collegio, a donde estudien pobres se recojan a pasar las ciencias que en las universidades ovieren oído, de las cuales las dos tercias partes sean juristas, y la otra tercia theologos.

B,- Alumnos.- Los estudiantes deberán ser:” virtuosos e de buenas conductas e fama…;majores de veinte años, que hayan oído los cursos acostumbrados en las ciencias que profesaren…; e pobres, que no tengan de veinte ducados arriba de renta …e porque de aquí puedan salir ministros útiles a la república cristiana, quiero que no sean sospechosos en nuestra santa fe católica ni menos en ella, ni castigados por el Santo Ofizio de la Inquisizion, ni dezendientes de los que lo hubieran sido, ni de judíos ni de moros…y an de estar en el dicho colegio hasta ocho años…y el numero de Collegiales, que sería conforme a la hazienda, que yo dexare para alimentarlos”…

C.- Estatutos. – “ Las constituciones y horden que an de guardar y ábitoque an de vestir e las dema´s cosas para estos necesaria, remito a mis testamentarios, para que, vistas las de otros Collegios, hordenen lo que más convenga, para que más quietamente vivan e mexor sirvan a Dios.

D). - Capilla.- “Item es mi voluntad que junto a dicho Collegio se haga una capilla en el sitio e edificio que a mis testamentario pareciere, en la mitad de la qual, en la sepultura conveniente se ponga mi cuerpo, pasandole del lugar, donde agora se depositare… e aya en el dicho colegio dos capellanes… para que diariamente digan misas por el fundador.

E). - Patronos.- “Y es mi voluntad que de dicho Collegio e Capilla, sean patronos los señores Obispo, Deán y Cabildo de dicha Chatefral de Plasencia, que agora son y por tiempo fueren…”A ellos, o a la mayor parte de ellos, reunidos capitularmente, corresponde elegir colegiales y capellanes, prefiriéndose siempre, en igualdad de condiciones, a lo de este obispado, sobre los de los demás, y evitando cualquier acepción de personas. Cada año los patronos nombraran dos visitadores para que velen por la administración del colegio y por el cumplimiento de las constituciones.

F). – En caso de negligencia. – “En el caso de que los dichos señores obispos, deán y cabildo sean negligentes, no proveyendo las dichas prebendas.., pido por merced al seños Don Fernando de Monroy, mi sobrino, señor de la villa de Monroy e a los sucesores en su casa e maiorazgo, que requieran a los dichos señores.. lo hagan como son obligados.

G). – El Colegio heredero universal. – “E para cumplir lo contenido en este testamento, dexo todos los bienes que parezcan ser míos, así muebles como raíces, e que en cualquier manera me pertenezcan, e por mis universales herederos a dicho Collegio e Capilla e a los Collegiales.” Finalmente nombra testamentarios a los señores, Fray Alonso Altamirano, de la orden de San Francisco de la observancia, a don García Casco, Tesorero de la Catedral y al canónigo Manuel Diaz de Gamarra.

 

OTROS DATOS Y RESUMEN DEL TESTAMENTO.

Este colegio fue fundado en el siglo XVI, por D. Fabián de Monroy y Carvajal, y VIII. señor de Valverde de la Vera, Canónigo-Arcediano de Plasencia y Bejar. El cual dejó en su testamento una casa con sus viñas y jardines para que se funde un colegio de niños pobres donde estudien las ciencias que se imparten en las Universidades, con la condición de que las dos terceras partes estudien jurisprudencia y la otra tercera parte teología. Todos los niños tenían que ser mayores de veinte años, pobres, y no tener ninguna sospecha de tener sangre judía o mora o haber sido castigados por el Santo Oficio de la Inquisición.


El tiempo de estancia sería de ocho años, y el número de acogidos dependería del patrimonio que hubiese. Su patrón sería San Fabián y San Sebastián. El distintivo de los alumnos de este colegio era la banda roja de San Cayetano. Al cerrarse el colegio heredaron este distintivo los seminaristas placentinos

El colegio tuvo una época próspera y de él salieron alumnos ilustres, entre ellos podríamos destacar a D. Juan Domingo Manzano, que fue obispo de Jaca; y a D. Diego de Arce y Reinoso, que lo fue de la diócesis de Plasencia.

La subida del coste de la vida hizo que en el año 1.771 solo tuvieran de renta 6.512 reales al año, cuando cada alumno costaba más de 3.000 reales.

En la invasión francesa fue ocupado por las tropas napoleónicas, las cuales causaron grandes destrozos en el edificio. En el año 1.822 fue despojado de sus bienes por la tristemente famosa Desamortización de Mendizábal. Los documentos de este colegio pasaron al Seminario.


Estaba enfrente del convento de San Francisco, al otro lado del río; se cuenta que existía un túnel o pasadizo que por debajo del río, unía estos dos conventos, hoy se pueden apreciar sus ruinas al lado de una chimenea de lo que fue posteriormente un lavadero de lanas. En Plasencia se le conoció por los nombres de “Colegio del Río”, “Colegio de San Fabián” y “Colegio de San Cayetano”.

                 José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

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martes, 4 de febrero de 2025

ERMITA DE SAN ANTÓN.NUEVAS APORTACIONES DOCUMENTALES Y FOTOGRAFICAS

 

ERMITA DE SAN ANTÓN.

        

         Esta pequeña ermita estaba situada delante de la puerta de salida de la fortaleza, en lo que hoy es el Paseo de San Antón. Se debió construir por el siglo XIV, regentada por orden hospitalaria de canónigos regulares agustinos de San Antonio Abad, llamados popularmente Antonianos, tiene su origen a finales del siglo XI en Francia, cuando el noble Gastón de Valloire decide fundar un hospital y confraternidad para la asistencia de peregrinos y enfermos. De este modo, y en consonancia con el auge hospitalario que en torno a los movimientos de peregrinación, comienza el camino de esta nueva orden. Desde entonces y hasta el siglo XVI, estos monjes lograrían una gran expansión con cerca de mil fundaciones y alrededor de cuatrocientos hospitales repartidos por toda Europa, la orden había sido introducida en los reinos peninsulares mediante la protección de Alfonso VIII en Castilla.



Tenemos documentación que puede acreditar la existencia de un Hospital, posiblemente junto a la ermita, procedente del Archivo General de Simancas, y seguimos interesados en averiguar más datos sobre el mismo. En la tesis doctoral, “Los Hospitales de Plasencia de José Luis Peña Rodríguez, no se menciona la existencia de este.

Allí se encontraba el sepulcro de D. Gonzalo Villalta, al que la gente llamaba “el alcalde de la Fortaleza”, terminó en una casa particular sirviendo de jardinera, y el laude con la inscripción estaba recogido por el año 1.987 en las Claras donde permanece.

         En la Guía de Plasencia de 1.906, editada por Joaquín Rosado, se dice que este don Gonzalo se apellidaba Ruiz de Villarta, y que su lápida estaba en el portal del ayuntamiento. Esta lápida la había encontrado el Chantre de la Catedral, don José Benavides Checa, en el suelo de una casa particular, la recogió, y la llevo al ayuntamiento, colocándola el en muro del portal, a la derecha del salón de sesiones, el día 30 de junio de 1.854. En la lápida se veía la figura yacente del alcaide. Según el señor Rosado, la inscripción de la lápida decía“aquí yace D. Gonzalo Ruiz de Villalba, orar, que Dios perdone, murió e finó a los XX días del mes de mayo, era de DCCC e XXXXXXXXII”. (1.344)

         El paraje donde estaba la ermita debía de ser muy bello, ya que así lo manifiestan todos los que lo conocieron. Barrio Rufo dice: “Luego que se sale de dicha puerta da principio una alameda, que continua hasta la mitad del ejido de San Antón: en medio de ella está la ermita del referido santo, con un portal bastante espacioso y con asientos a su rededor. En el espacio de la puerta y ermita está una plazuelita, o sea glorieta, también con asientos y en su centro una fuente gloriosa, que las vertientes de sus aguas hacen figura de una araña de cristal; fue construida en el año 1.841, y todo su circuito está poblado de árboles, de suerte, que es lo más encantador por el golpe de vista que presenta; y en el año 1.849 se construyó cerca de ella un gran pilar circular, de cinco varas y media de diámetro, para abrevadero de las caballerías; al mismo tiempo hace camino real a Castilla; y a una distancia de media legua, en la eminencia de la sierra, se presenta la suntuosa ermita de Nuestra Señora del Puerto, Patrona de la ciudad.

Descripción de la lápida.


Se sabe que cuando fue derribada se encontró un laude sepulcral (partida en dos pedazos) de grandes dimensiones, de fino granito, en la que de cuerpo entero y bajo relieve, estaba perfilada por una mano inteligente de aquella época, la figura de un caballero, vestido con traje militar; ceñía la espada, embrazaba el escudo, tenía los pies desnudos en la parte del talón, y calzaba grandes acicates. En el laude se leía bien claro, aunque con los extraños caracteres de aquel siglo, lo siguiente: AQUÍ YACE D. GONZALO…DE VILLALTA: ORAR: QUE DIOS PERDONE: MURIO E-FINO A LOS XX DIAS DEL MES DE MAYO ERA DE MCCC E XXXXXXXXII, año de 1382; prueba de que la ermita ya existía en este tiempo pues no es presumible que la lápida fuese traída de otra Iglesia. Este laude con figura bien dibujada para aquella época, como podéis apreciar en la fotografía, es para nosotros los documentalistas e historiadores, de un alto interés histórico, porque el Alcaide de la Fortaleza (y quizás lo fuese) como el pueblo lo denominaba, se representa yaciente, con una cabeza descubierta y reclinada en un almohadón, vestido con túnica larga, embrazando su escudo y empuñado el pomo de su espada de hoja ancha y derecha. Esta figura labrada, en modo fotográfico de la época, nos da conocer los trajes de guerra de este siglo, y posiblemente el reflejo o imagen de un placentino del siglo XV. Actualmente la lápida se encuentra en el antiguo Convento de las Claras. La ubicación de la ermita era en el parque de San Antón´.

Cristina García Muñoz, la transcribe así en su trabajo de Aproximación a  las inscripciones medievales y modernas de Plasencia”,

AQUI ASE GONSALO: R IS DE VILLA ORAR QE DIOS PERDONE AMEN Q FINO · A LOS [VEINTE] DIAS · DE MAIO ERA DE MIL E CCCC XXXXXXXX E DOS ANOS

Aquí yase Gonsalo Ruis de Villa, orar que Dios perdone, amen. Que finó a los veinte días de mayo, era de mil e cccxxxxxxxx e dos anos.

EL SEPULCRO.



Se encontraba en la ermita, después de largas investigaciones, dimos con él, en una casa particular, en su cara lateral presenta tres escudos con torres iguales a la de la lápida, pertenece a la corona de Castilla, pero estas, coronadas en su parte superior derecha e izquierda de una cruz que a mi parecer parece ser de la orden de Alcántara, por lo que pienso que el citado caballero podía pertenecer a esta orden.

              José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

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lunes, 6 de enero de 2025

PUERTAS Y POSTIGOS DE LA CIUDAD DE PLASENCIA.

 PUERTAS DE LA CIUDAD DE PLASENCIA



La ciudad de Plasencia poseía cinco puertas con categoría de tal y varios postigos o puertas pequeñas que servían para salidas urgentes o pasos escondidos. Su número divide a los cronistas de la ciudad.
Las hojas de las puertas eran de madera, dobles, de grandes dimensiones, forradas de chapas y con grandes clavos de hierro que las defendía de los ataques, del fuego y de la climatología. Solían tener unas angarillas por la parte de dentro que servían para realizar la misma función sin tener que mover continuamente las pesadas hojas principales.
        
PUERTA DEL SOL


Esta puerta de entrada a la ciudad está situada al mediodía, es decir, hacia el este, de hay su nombre. Es la más ornamental de las puertas de la ciudad que se conservan; el arco de la portada es de medio punto, y está presidido por una imagen de la Virgen con el
Niño en brazos, y rematado por una cruz. Esta imagen tiene la advocación de Nuestra Señora de la Paz. La imagen es de piedra berroqueña, y muy bien labrada.
La Puerta es de tradición romano-bizantina, estaba enmarcada por dos torres o cubos (visibles en el plano de Luis de Toro). En 1.877 se menciona que la torre de la derecha a la salida había sido derribada hace pocos años. En la actualidad no existe ninguno de dichos cubos. La simetría de la puerta está desplazada con el eje de la calle del mismo nombre.

Debajo de la imagen están el escudo de los Reyes Católicos y dos escudos de la ciudad, uno a cada lado. También se ve una leyenda o inscripción que debido a su deterioro no es posible leerla, pero que sería igual a la de la puerta de  Trujillo.
En el lienzo de la muralla izquierda según se sale de esta puerta, encima del tejado de la primera casa se ve el escudo de los Paniaguas, los cuales fueron de los primeros en repoblar la ciudad, y seguramente uno de ellos fue el primer alcalde de la nueva población.
Junto a esta puerta estuvo una pequeña iglesia y un pequeño hospital dedicado a San Andrés, se edificaron en el siglo XIII, y fueron sus promotores el Arcediano Don Nicolás y el Chantre Don Domingo. Su misión era curar a los soldados que venían heridos de las luchas contra los moros. Como no se la dotó de rentas, al morir sus fundadores desaparecieron la iglesia y el hospital.

PUERTA DE TALAVERA

La Puerta de Talavera toma este nombre por estar en la dirección de la ciudad de Talavera de la Reina, con la que Plasencia estaba hermanada por la Carta de Hermandad del año 1.272, debiéndose mutuo apoyo defensivo y jurisdiccional.
Esta puerta viene perfectamente señalada en los planos de los siglos XVI y del XVIII. Fray Alonso comenta de ella: "Es llamada así porque mira hacia esa villa, cae entre oriente y mediodía; desde ella se sigue una alameda hasta la isla y se ven la ermita de San Miguel, (esta ermita estaba en lo que hoy es Avda. de la Vera nº 2), hospital de la Merced, que llaman de San Francisco, y el convento desde glorioso patriarca y la fertilísima sierra de Calzones."
Su disposición arquitectónica seguía la línea clásica de estar enmarcada por dos torreones y formar conjunto con la calle que va directa a la Plaza Mayor.
Con motivo de la llegada a Plasencia del rey Felipe V. el día 19 de marzo de 1.704, el Concejo decide derribar la puerta de Talavera y levantar en su lugar un arco de flores para recibir al monarca.
Sobre esta puerta estaba una lápida con una inscripción, al derribar la puerta se llevó la lápida al cercano Hospital de la Merced, donde estuvo olvidada hasta el año 1877, en que la restauró Juan González de la Fuente, el cual era vecino de la ciudad.   Hoy se conserva en el zaguán del Ayuntamiento; Esta lápida de la conoce en Plasencia por el nombre de La Lápida o Piedra de la Libertad.  Es una conmemoración de la toma de Granada.

LIBERTAS: URBIS: CELORVM: GLORIAM: PANDIT.//INFERNIS: MISEROS: CIVESQ: OBTRUDIT: INIQVOS.// LIBERTATEM: URBI: PACEMQ: IMPONERE: ET MORES //IUSTICIA: ALTISSIMI: DECREVERUNT: REGES: HISPANIE, // DIVUSQUE: FERNANDUS: DIVA: ELISABET: SANTA: CONIVNX // DUM REGNVM: ET URBIS: GRANATE:SVB. EGERINT. ARMIS// ISMAHELIS. TERROR-HERESVM.FORTISSIMI. VLTORES //QVOS PATER: OMNIPOTENS: FELICES.SEMPER.CONSERVET. //VICTORESQ.VALEANT. TOTVM. REGNARE: PER ORBEM 
LAUDIBUS ANGELICIS CELESTIA REGNA SEQUANTVR. 


La libertad de la ciudad amplió la gloria de los cielos. Envió a los infiernos a los ciudadanos míseros e inicuos. Sus altezas los reyes de España, el divino Fernando y la divina Isabel, su santa esposa, decidieron con justicia establecer la libertad, la paz y las normas a esta ciudad, cuando marchaban a someter con las armas al reino de la ciudad de Granada. Ellos son el terror de Ismael y los valientes azotes de los herejes. Que el padre omnipotente los conserve siempre felices, y que, vencedores, puedan reinar a lo largo de todo el orbe; que consigan los reinos del cielo en medio de cantos de ángeles. 

En la lápida figuran además las armas de los Carvajales (familia que apoyó la rebelión de la ciudad contra el Conde de Plasencia), algunos motivos animales, vegetales y humanos relacionados con el estilo hispano-flamenco.

Esta puerta era una de las oficiales para la entrada del vino en la ciudad. Desde esta puerta hasta la de Trujillo se reunían los ganaderos con sus rebaños para celebrar los mercados de ganado. Por esta puerta se solía hacer las entradas oficiales de las autoridades que visitaban la ciudad. El obispo entraba por ella cuando venia a tomar posesión de la Diócesis Es por esto por lo que el Concejo siempre cuidó más el entorno de esta puerta que el de las otras. Desde esta puerta empezaba el Vía Crucis de la ciudad., el cual seguía por un paseo que terminaba en la isla pasando por el convento de San Francisco.  A partir del siglo XIX se permitió adosar casas a la muralla y se perdió definitivamente esta puerta.
Frente a esta puerta está el barrio de San Juan, en el cual vivían artesanos dedicados a oficios relacionados con los animales de tiro, tales como albarderos, herreros, etc.,  pues las ferias de ganado se celebraban desde la puerta de Talavera  a la puerta de Trujillo, también era este barrio el de la mancebía (prostitución), pues el fuero no permitía ejercerla dentro de las murallas. La calle que iba desde la Puerta de Talavera a la iglesia de San Juan se llamaba en el siglo XIV calle de los Albarderos.
En este barrio de San Juan estaban los hospitales de la Merced (luego cuartel de la Guardia Civil, comedor de pobres, escuelas nacionales y juzgados) y el de San Marcos o de los  Pobres. El de la Merced se dedicaba a los crónicos y en particular a los afectados de “bubas" (enfermedades venéreas) por eso se le conocía como el " Hospital de las Llagas".
La iglesia de San Juan fue fundada después de la batalla de las Navas de Tolosa, a principios del 1200, esta iglesia fue la parroquia de Malpartida de Plasencia, que por esas fechas se consideraba un barrio de Plasencia. Dejó de serlo a mediados del siglo XVI que el obispo Vargas Carvajal edificó una iglesia en el pueblo.

PUERTA DE TRUJILLO.

Esta puerta se encuentra más al mediodía que la de Talavera, sus características arquitectónicas serian semejantes. Su nombre lo recibe porque por ella entraba el camino real de la ciudad de Trujillo. Sobre la puerta se encuentra edificada la ermita de la Virgen de la Salud (antes llamada del Rosario). Esta ermita se modificó en el año 1721 en que aprovechando los dos cubos o torreones que la flanqueaban se ensancha la ermita y se le da la forma que tiene hoy.
Frente a puerta está el puente del mismo nombre. En esta zona del rió estaba el molino de Tajabor del cual se habla en el fuero de la ciudad. Desde la puerta se podían ver la ermita de Santo Tomas Apóstol, (la cual fue mezquita árabe antes de ser iglesia); los tintes, y en el cerro de enfrente (hoy San Miguel), estaban las ermitas de San Miguel y de San Cristóbal.


En el espacio que hay entre la puerta y el puente estaba el Rollo de la Justicia, y en este mismo sitio se celebraban corridas de toros. Los canónigos y capellanes de la Catedral tenían derecho de vistas desde la muralla.
Saliendo a la derecha empezaba el barrio morisco del Toledillo, donde existía una pequeña mezquita, la cual a finales del siglo XVI fue convertida en la ermita de Santo Tomás Apóstol, y que en el siglo XIX era un mesón. Más adelante estaba el barrio de las Tenerías, lo que más adelante se llamó El Barrio Nuevo, en el cual se asentaron las barrerías y ollería de la ciudad, las cuales estaban en San Juan, pero los obligaron a trasladarse porque el humo que producían estropeaba los órganos y el retablo de la Catedral.
Los muros de sus cercanías se repararon en múltiples ocasiones a lo largo de los siglos XV y XVI. Sin embargo, en la parte exterior de la puerta se mantuvieron los escudos de los Reyes Católicos y una inscripción semejante a las de las puertas e Berrozanas y del Sol. La lapida dice lo siguiente:



LIBERTAS VITE, GEMMIS, AUROQUE PREFERTUR,//LIBERTAS NOBILEM REDDIT PLACENCIAE URBEM.//QUAM FORTUNA SPREVIT, REGIAMQUE IN LUCEM REDEMIT. //NOBILES PROPTEREA PLACENCIAE URBISQUE ET HEROES//DEVICERUNT HOSTES, SUB REGIO MARTE, FEROCES. //REGIBUS QUIPPE DECET HOMINESQUE SUBDITOS FORE. //I K MENS[IS] OCTOBRIS ANNO MIIII.LXXXVIII

(Hemos corregido en varios casos la lectura y la puntuación. Ha sido muy mal leída esta inscripción) 

La libertad está por encima de la vida, de las joyas y del oro; la libertad hizo noble a la ciudad de Plasencia. A esta ciudad la fortuna despreció y luego a la luz regia devolvió. Y es que los nobles de Plasencia y héroes también de la ciudad vencieron, bajo la bandera real, a sus enemigos feroces. Y ciertamente es justo que los hombres se sometan a los reyes. Uno[1] de Octubre del año 1488. 

Saliendo de esta puerta, a mano izquierda se ve un monumento adosado a la pared el cual esta dedicado al obispo Laso, el cual se le consideró en Plasencia como el Carlos III local. Dicho monumento tiene una lápida en la cual hay una inscripción que traducida dice así:

“AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR DON JOSE GONZÁLEZ LASO DE SAN PEDRO, DIGNÍSIMO OBISPO DE PLASENCIA, VERDADERO PADRE DE LOS POBRES. ENTRE OTRAS GRANDES OBRAS DE PUENTES Y CAMINOS, HIZO CONSTRUIR A SUS EXPENSAS ESTE PASEO. Y EL MUY NOBLE Y MUY LEAL AYUNTAMIENTO, EN TESTIMONIO DE SU GRATITUD, LE CONSAGRÓ ESTA MEMORIA. AÑO DE 1.799”.      

PUERTA DE CORIA
        
      La puerta de Coria era la entrada natural de los que venían de esa ciudad a Plasencia, por eso su denominación.
         Se abre esta puerta en la depresión natural formada por el promontorio de la Mota y la iglesia de la Magdalena, al ser tan accidentada su entrada se la llegó a denominar en ocasiones como "el hondo de la quebrada." Por su puerta se accedía a la Sinagoga y cementerio (antiguo) judío los cuales estaban en el sitio que después ocupó San Vicente, y a través de la calle Zapatería, a la Plaza.




Desde su portada se divisaban las Tenerías, el río, el puente y ermita de San Lázaro.
Enfrente de esta puerta estaban los corrales donde se trataba el cuero, pues las ordenanzas municipales no permitían esta actividad " hasta pasada el puente de San Lázaro. También estaban los tintoreros y carpinteros en este lugar.
En los planos del siglo XVIII solo se ve una torre de defensa de esta puerta, la del lado derecho según se entra. Se han perdido los escudos e inscripciones que pudiera tener. El arco de medio punto es mayor de lo que debió ser en sus principios
En la clave del arco, por la parte de fuera se encuentra una hornacina donde se ve una figura humana con una balanza en la mano. Se podría tratar de un ángel representando a la Justicia. La puerta se cerraba con dos hojas de madera y carecía de rejas de refuerzo.
Con motivo de las Guerras Carlistas fue tapiada, al igual que otras puertas de la ciudad, y se volvió a abrir el año 1.848


PUERTA DE BERROZANA

La puerta de Berrozana tiene las características de la puerta de Coria: tiene una sola torre de defensa y el flanco desguarnecido es defendido por la disposición en ángulo de la muralla próxima a la puerta. En la clave del arco de la puerta está esculpida una imagen del Arcángel San Miguel con su espada y su cruz. Encima esculpido en dos losetas y dentro de un recuadro aparecen los escudos de los Reyes Católicos sustentados por el águila de San Juan y con el yugo y las flechas a los lados.


Debajo a los lados del Arcángel hay dos lápidas con una inscripción en caracteres góticos que dice así:
AÑO DE 1571. SIEN / DO CORREGIDOR / EL DOCTOR ZARATE / SE REEDIFICO ESTA / PUERTA DE LOS PRO / PIOS DE LA CIUDAD.
En el siglo XVI sufrió una reforma esta puerta, y en el año 1.840 se mandó ensanchar la entrada por haber sido reducida durante las Guerras Carlistas
La denominación de Berrozana le viene de que por ella se sale al berrocal, que son unos cerros llenos de peñas, así como por estar en dirección de la finca llamada " Las Berrozanas". 
En las afueras de esta puerta estaba la iglesia de San Julián la cual fue quemada por los franceses en el año 1.810.  La Casa de D. Diego de Carvajal, la cual fue destruida por orden real porque en ella se reunieron los partidarios de los comuneros.
Junto a la puerta estaban las alhóndigas y graneros de la ciudad, lo que después seria la Alhóndiga del Abad de Husillo o Alhóndiga Nueva, que es la que conocemos hoy. Esta alhóndiga se hizo aprovechando el cubo de la muralla que defendía la Puerta Berrozana. Sobre su dintel se gravó el siguiente epitafio: “Reinando nuestro Católico Monarca el Sr. D. Carlos III y siendo el Ilmo. Sr. Marqués del Campo Villar, secretario del Despacho Universal de Gracia y Justicia y Superintendente General de los Pósitos del Reino, se reedificó esta alhóndiga siendo corregidor D. José Delgado Frías Funes y Carvajal, Diputado Felipe Jiménez, mayordomo Francisco González, Procurador Síndico José Garrido, año de 1761”.
Delante de la alhóndiga había una cruz en cuya base se podía leer lo siguiente: “Este sitio se allanó y limpió y puso esta cruz siendo corregidor de esta Ciudad de Plasencia el Sr. D. Rodrigo de Flores y Córdoba, Cavallero de la Orden de Alcántara y veinte y cuatro de Córdoba”.

POSTIGOS DE LA CIUDAD.

POSTIGO DE SANTA MARÍA

El postigo de Santa María está entre un cubo de la muralla y la torre-campanario de la Catedral, también conocida como  "torre vieja " por ser respetada en la construcción de la Catedral Nueva. En la construcción de las murallas no se contempla este postigo, pero en el siglo XV ya se habla de una pequeña puerta en la muralla que con una escalera salvaba el desnivel natural de la muralla a la Corredera. En el plano de Luis de Toro, dibujado en el siglo XVI, se ve perfectamente este postigo, aunque sin escalera.



Fray Alonso eleva este postigo a la categoría de   " Puerta Nueva", a raíz de la remodelación que se hizo "para que tuviesen la suficiente altura que pudiese entrar y salir la procesión del Santísimo de la Catedral a la Corredera”.
Desde el postigo se veía el arrabal de San Juan, la iglesia de San Marcos, la cual había sido anteriormente convento de San Bernardo, el hospital de San Marcos, el cual también se le conocía como "Hospital de los Pobres", la iglesia parroquia de San Juan Bautista, y  a la otra parte del río el colegio de San Fabián, o Colegio del Río.

POSTIGO DE SAN ANTON

El postigo de San Antón es también conocido con la denominación: del Postigo, o Puerta de la Fortaleza. Estaba situado entre la fortaleza y la torre Lucia.
El motivo de abrir aquí un postigo y no una puerta quizás se motivara a que esta es la zona de murallas más llana y menos protegida por el río y los desniveles del terreno, y por lo tanto sería la parte más fácil de atacar.
En el año 1.789, el postigo de San Antón fue destruido junto con parte de la muralla con el fin de darle mayor amplitud. En el año 1845 se reutilizó el arco de la puerta principal de la iglesia-convento de los Padres Franciscanos Descalzos (Puerta del Sol) como portada del postigo. A comienzos del siglo XX no quedaban restos del postigo.
En frente del postigo estaba la ermita de San Antón y el Acueducto, y en el interior estaba la plaza de los Llanos, al lado de la fortaleza.


POSTIGO DEL SALVADOR

El postigo del Salvador sigue la línea de los de Santa María y San Antón, está flanqueado por una torre que se encarga de su defensa.



Este postigo es silenciado por los historiadores placentinos y solo se sabe de el por los Libros de Cuentas de Propios de la ciudad, los cuales dan noticias de sus cuidados; en 1.507 se mandaba " adobar la entrada del postigo Del Señor Sant Salvador”.

Este postigo fue restaurado en las últimas décadas del siglo XX  sin atenerse a ningún criterio ni respeto a las leyes de protección de las murallas. La persona responsable hizo una reconstrucción personalista de lo que fue el antiguo postigo. Aunque todas las puertas de la muralla son de granito y de medio punto, este postigo se hizo de ladrillo, de medio punto rebajado  y colocando una especie de vigueta uniendo  los lados del arco, cosa totalmente inusual, y fuera de lógica. Así mismo le colocó escudos nobiliarios extraídos de otros lugares y que nada tienen que ver con este postigo.

 

POSTIGO DE SANTIAGO

El postigo de Santiago se encontraba en las proximidades de la iglesia del mismo nombre (hoy Cristo de las Batallas). También este postigo ha sido olvidado por los cronistas de la ciudad, se sabe de el por las Ordenanzas de Plasencia en el siglo XVII en las cuales se obliga a tirar los desperdicios de las carnicerías " que lo echen aliende el Postigo de Santiago. La función del postigo quedó anulada al construir los Jesuitas su convento en esta zona, pues cortaron la calle de Cartas, que era la que terminaba en el postigo, y se lo anexionaron como puerta de uso privado del convento.


POSTIGO O PUERTA DEL CLAVERO.



Esta puerta del Clavero es de construcción moderna, pues no existía en la muralla dicha entrada. Parece ser que se hizo para servicio de los ciudadanos evitando dar un rodeo para llegar a la Corredera o desde esta a la calle del Sol.

 

PUERTA DE LOS CARROS

Esta puerta de los Carros nunca perteneció a las murallas de la ciudad, pues es la puerta de servicio que tenía el convento de los Jesuitas para salir desde su huerta con el ganado hacia las afueras de la ciudad.

En las tradiciones placentinas se la llamó “la Puerta de la Afrenta” pues por ella salieron los jesuitas al ser expulsados de España en el año  1767.



No hubo tal afrenta, pues era el sitio natural para que salieran los carros con sus pertenencias, y el trayecto más corto para llegar a la puerta del Sol.

La bajada de escaleras que existe desde la calle de las Cruces hasta la Plaza de san Pedro de Alcántara, nunca fue ninguna puerta de la ciudad. Esta perforación de la muralla la realizó el arquitecto municipal don Vicente Paredes, siguiendo un plan higienista,  para que se establecieran corrientes de aire que llegasen hasta las calles de las Rosas y la Plazuela de Carreteros y así sanearlas de las miasmas que en ellas se encontraban y que eran un foco de infección.

 

                              José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

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lunes, 30 de diciembre de 2024

LA FORTALEZA Y MURALLAS DE PLASENCIA.

LA FORTALEZA Y MURALLA

En el privilegio fundacional de la ciudad, se dice que en un lugar que se llamó Ambroz, edifiqué una ciudad a la que puse el nombre de Plasencia, en este no se alude a la torre de Ambroz, pero algunos historiadores no han tenido reparo en admitir como cierto, que dicha torre fue la que se llamó después la torre del Homenaje del alcázar placentino.



En 1196, Abu Yusuf Ibn con su gran ejército, atravesaron el Tajo y continuaron su avance hasta Plasencia, que había sido recientemente repoblada y débilmente fortificada, su guarnición renuncio a la defensa, destruyendo los muslimes la ciudad, y obligaron a los ocupantes a refugiarse en una de sus torres, donde no pudieron resistir más de una noche, viéndose obligados a rendirse. Fueron hechos prisioneros junto con el gobernador de la plaza, 150 caballeros, que fueron enviados a trabajar en la construcción de la mezquita de Salé, junto con los prisioneros de la batalla de Alarcos.

En 1197 Alfonso VIII volvió a conquistar la ciudad y acelera su fortificación, para evitar a ser conquistada, incluye en su defensa la novedad de una fortaleza, se construyó el alcázar a principios del siglo XIII, se amuralla la ciudad con doble muro, y con 72 torres, y en la parte alta de la ciudad se construye el castillo con triple muro, profundo foso y puente levadizo. Sus altos torreones a pesar de las diferentes versiones en cuanto a su número están adosados a sus muros, lo que indican que se construyeron después de estos.


Estaba coronado este alcázar por ocho grandes torres que le daban un aspecto invencible. Delante de esta fortaleza se extendía la Plaza de los Llanos, que era un descampado de 250 por 140 " pies de ley" de superficie.


El alcázar era de planta cuadrada y ocupaba la superficie que va desde la Torre de Lucia a las casas sindicales, por el sur desde las traseras del colegio de La Salle hasta la Avenida. En total tenía unos 6.120 metros cuadrados. Cabían dentro de él unas 1.000 personas.
La entrada al alcázar se realizaba desde la Plaza de los Llanos, esta entrada estaba flanqueada por dos torres. Por un estrecho corredor se llegaba a una segunda puerta la cual daba acceso al patio central. Este patio central estaba rodeado de una galería de dos pisos, a modo de claustro de amplias columnatas y arcadas. En la parte oriental del patio estaba el aljibe. Este aljibe servía para alimentar el ancho foso que rodeaba toda la fortaleza.


Hay una antigua tradición oral la cual dice que en este alcázar nació una de las hijas de Alfonso VIII, la cual se llamó Mafalda, nombre extraño a los reinos de León y Castilla, pero había sido introducido por la corte portuguesa. Si esta noticia fuese verdadera, esta princesa Mafalda sería la primera placentina de la que se tiene constancia de haber nacido en la nueva ciudad. Murió en Salamanca, un epitafio en la catedral vieja de Salamanca nos da la fecha de la muerte en 1204. 

“Aquí yace la ynfanta Mafalda, hija del rey Alfonso VIII de Castilla y de la reyna doña Leonor y hermana de la reyna doña Berenguela, muger del rey don Alfonso IX de León, que finó por casar en Salamanca el año 1204”.

Hoy en día solo nos queda el recuerdo y algunas fotografías de nuestro alcázar. Cercana al alcázar estaba una torre de planta cuadrada, y presencia imponente, se la conoce con el nombre de "Torre Lucia". No se sabe ciertamente el porqué de este nombre, una de las versiones dice que como esta torre es la que mira hacia Segura de Toro, pues desde ella se hacían las señales para avisar a esa zona de cualquier peligro que se aproximara. Otra utilidad sería la de hacer grandes fuegos durante la noche para orientar a los caminantes que venían por el Camino Real del Puerto o por la Cañada Soriana-Segoviana la cual está hoy ocupada en muchos trechos por la carretera nacional 110 (Carretera del Valle).

Las señales de peligro consistían en hacer en lo alto de la torre un gran fuego, si era de día se quemaba la leña húmeda para que hiciese mucho humo, si la señal había que hacerla por la noche, se quemaba la leña seca, pues así se conseguía unas grandes llamas, las cuales serían visibles a muchas leguas de distancia, de ahí el que a esta torre se la llamase " la torre que lucía"

.En las excavaciones llevadas a cabo en esta zona han aportado varios datos, entre ellos el que lo que se conocía como la huerta del convento fue un asentamiento de casas antes de crearse dicho convento de los jesuitas. Seguramente al realizar la obra derribaron las casas que quedaran entre el edificio y la muralla, logrando así un espacio libre y cerrado anexo al convento. También se ha encontrado un depósito de agua, el cual estaría relacionado con el “Arca del Agua” la cual estaba emplazada por esta zona.

Al lado de la Torre Lucia estaba otra torre gemela de esta, la cual se llamaba "Torre de la Reina".

Muchos avatares corrió la Fortaleza antes de caer derribada, fue corral de ganado, almacén, cantera para obras menores, y en 1.893 se convirtió en plaza de toros. En 1.911 el Ayuntamiento decide derribar el "murallón de arriba" para evitar su derrumbamiento y posibles daños a personas.

Pero es en 1.940 cuando se planifica la zona de San Antón, y se manda derribar totalmente los restos del glorioso alcázar Placentino.

Como curiosidad y recuerdo de algo de la Fortaleza nos queda un madroño (árbol) que se trasplantó desde esta, a la pista El Nido, y que hoy sigue allí.

Las murallas de Plasencia se construyeron -según otra versión- en el año 1.200, trabajaron en ellas constantemente 9.000 hombres y duró la obra 11 meses. La Cerca (murallas) tenía una superficie de 24 hectáreas aproximadamente, lo cual es una considerable extensión, comparable a la de Burgos, Olmedo, Ciudad Rodrigo y Morella, pero menor que la de Ávila que tiene 34 hectáreas, y la de Salamanca que tiene 110 hectáreas.

La muralla tenía doble muro, unas altas cortinas de gran grosor, nueve pies de tercio de vara (de medir paños) y una barbacana. Ambos muros están separados por un foso y reforzados por torreones salientes semicirculares, llamados "cubos". Estos cubos estaban separados a una distancia de 35 metros aproximadamente, que es la distancia que se puede alcanzar con arcos y flechas. Su número no se ha podido determinar con exactitud pero andarían entre los 68 a 80.

La misión de la barbacana o primer muro era impedir el ataque directo a la muralla principal y dificultaba la aproximación de las máquinas de guerra.

El material empleado en su construcción fue la piedra labrada para las puertas y otras partes muy concretas, y el resto de la muralla se realizó de mampostería, la cual era muy abundante en este lugar. Para aglutinante se empleó la cal, la cual se extraía de varios lugares de los alrededores como las dehesas de Fresnedoso, Las Casillas, Berrozana, etc…
Fray Alonso en sus "Anales" dice: Desde la puerta de Trujillo a la puerta de Talavera, hay 10 cubos o torres.


De la puerta de Talavera a la puerta del Sol hay 12 cubos o torres.

De la puerta del Sol al postigo de San Antón hay 28 cubos o torres.

Del postigo de San Antón a la puerta de Berrozana hay 8 cubos o torres.

De la puerta de Berrozana a la puerta de Coria hay 4 cubos o torres.

De la puerta de Coria a la puerta de Trujillo hay 9 cubos o torres.

En su fundación tiene la ciudad 7 puertas, 7 calles principales, 7 plazas, 7 iglesias, 7 conventos, y 7 ermitas. Como se ve el número 7 que es el número cabalístico de los judíos es el que se empleó para su construcción.

 

Por las referencias vemos que se trataba de una fortaleza de tipo medieval castellano, según tipología reiterada en numerosos ejemplos, siendo reproducida fielmente la planta de este castillo placentino en la cartografía de los siglos XVIII y XIX, subrayando siempre su regularidad, como se ve en un plano de 1750, conservado en la Cartoteca Histórica del Ministerio del Ejército, en el realizado por Iznardo en 1839 o en el de Coello de 1853.

 

ARTE Y URBANISMO DE PLASENCIA EN LA EDAD MEDIA. Salvador Andrés Ordax

 

                    José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina- Jose Gutiérrez Delgado

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sábado, 14 de diciembre de 2024

ERMITA DEL CRISTO DE LAS BATALLAS.

 LA IGLESIA DE SANTIAGO : Hoy del Cristo de las Batallas.


Conociéndose esta iglesia como antigua parroquia de Santiago, situada a extramuros y en el camino de ronda de la ciudad que enlaza con la calzada de la Mesta, o camino de Castilla, que atraviesa Traslasierra, hacia el norte, por el puerto donde se halla ubicado el Santuario del Puerto, sea podido comprobar que esta iglesia fue construida exprofeso para uso del peregrinaje jacobeo.
Los clásicos signos del peregrino invaden toda ornamentación y en sus piedras encontramos labradas, conchas, calabazas, bordones y otros detalles significativos, de tal forma que esta sola iglesia nos bastaría para asegurar la importancia en estas peregrinaciones a Compostela.


Fray Alonso, en su obra, ”HISTORIA Y ANALES DE LA CIUDAD Y OBISPADO DE PLASENCIA”, editada en 1626, cita entre las parroquias la de Santiago, extramuros, hoy conocida como Santuario del Cristo de las Batallas, por darse culto a él a esta venerable imagen que, según parece, estuvo antes en la Iglesia de Santa Elena. Ante esta imagen hacían su juramento los caballeros. En esta parroquia existía la cofradía de San Gil, que pudo tener su origen en la pequeña ermita que este santo que Benavides Checa sitúa junto a la carretera del valle.
La planta de la iglesia es rectangular, con un ábside de románico muy pronunciado cubierto con una bóveda de ladrillo. Es de tres naves, que fueron edificadas en el siglo XVI por el obispo D. Gutierre de Vargas y Carvajal, cuyo escudo se ve como elemento decorativo en los entre dos de los arcos que separan las naves, alternando con otros que tienen las cruces de la Ordenes Militares, especialmente de Santiago.
Escudo del obispo D.Gutierrez de Vargas y Carvajal

ESCUDOS DE LA IGLESIA DEL CRISTO DE LAS BATALLAS
Estos escudos representan unas peculiares e interesantísima rareza, a no ser expertos en heráldica nos dejan confuso en cuando a su interpretación; si bien resultan inconfundibles los atributos de peregrinos en ellos labrados.
Los escudos del obispo D. Gutierre de Vargas y Carvajal no presenta ninguna dificultad, al ser de sobra conocido por la profusión con que se encuentra en toda la ciudad y aún en toda la diócesis, dadas la gran cantidad de obras que realizo este dinámico prelado llamado también el “obispo empresario” por las empresas que acometió durante su episcopado, entre las que se incluyen las de armador de naves para el comercio de las Indias. Se aprecia claramente en estos escudos las aguas de los Vargas en un lado y la banda de los Carvajales en el otro.
De los restantes escudo los más curiosos son unos que se encuentran grabados sobre dos bordones cruzados en forma de aspa; en su centro figuran las cinco conchas de peregrino, cada una también sobre bordones cruzados; a un lado del escudo están esculpidas unas calabazas, y al lado opuesto lo que parece ser una limosnera.
Otro de estos lleva en su centro la cruz de Alcántara o Calatrava, con la flor de Lis en todos sus extremos y cuatro conchas de peregrinos en sus esquinas, estando la quinta concha fuera del escudo, en la parte superior del mismo; a un lado y a otro figuran también las calabazas colgadas de sendos bordones en forma de aspa.
Otro que presenta una gran singularidad, tiene también cuatro conchas en sus esquinas y otra en la superior, igual que en anterior, pero la cruz presenta el árbol de Santiago y los brazos de los extremos flordelisados, propios de las de Calatrava o Alcántara; también están esculpido sobre dos bordones cruzados de los que cuelgan unas calabazas y una limosnera.
Tiene junto a la portada un alto relieve de Santiago peregrino, enmarcado con las llamadas “bolas de Ávila”, de tiempos de los Reyes Católicos y debajo había un limosnero.
La imagen de Santiago peregrino tallada en madera, que era titular de la iglesia, la regalo D. Juan Torrejón Barba a la parroquia de Casas del Castañar, desconociéndose su paradero actual.
En la parte exterior de los sillarejos que forman el ábside, en el atrio ajardinado y detrás de la cruz de piedra instalada en el mismo, hay dos piedras labradas en las que se encuentran esculpidas dos curiosas cabezas humanas.
Todos estos detalles habían pasado desapercibidos, se ponen al descubierto para aquellos curiosos placentinos, ya que no habían sido citados anteriormente por otros historiadores, y nos demuestran claramente que esta iglesia estaba dedicada de exprofeso al culto jacobeo y que la incidencia del peregrinaje compostelano debió de ser de extraordinaria importancia.

IGLESIA DE SANTIAGO o CRISTO DE LAS BATALLAS.
La iglesia del Cristo de las Batallas se llamó en sus orígenes, ermita de Santiago Apóstol, como lo demuestra la figura que está esculpida en la fachada principal, en la parte derecha de la puerta de entrada. Esta figura perteneció a la antigua ermita, ya que la actual surgió de una reforma casi total que se realizó en el siglo XVI.
Por la década de 1.920 se volvió a restaurar este edificio, durante las obras se llevó el Cristo a la iglesia del Salvador. El párroco que estaba en esos momentos se llamaba D. Juan Torrejón Barba, y fue un personaje muy conocido en toda la ciudad. Era este D. Juan beneficiario contralto de la catedral.
Al realizar esta reforma se quitó la imagen titular de Santiago Matamoros, y se le regaló a la iglesia de Las Casas del Castañar, a la de Medellín le regaló un Ecce Homo, y una imagen de San Juan Bautista, de buena talla, se la regaló a un amigo suyo para que la donara a su pueblo en la provincia de Alicante.
En el interior de la nave se pueden ver labrados, los escudos del obispo Vargas y Carvajal, así como la Cruz de Santiago, conchas de peregrinos, bordones, calabazas, limosneras, etc..., todos ellos relacionados con la tradición jacobea.
En una restauración que se hizo en la ermita de la Cruz (hoy Santa Elena) se sacó la imagen del Cristo, y se llevó a la ermita de Santiago Apóstol mientras durasen las obras, pero al terminarse estas, la gente de Plasencia se opuso a que se volviera a llevar el Cristo a su antiguo aposento, quizás porque la ermita de Santiago estaba mas cerca de la ciudad, o quizás porque les gustaba más verlo allí, el caso es que la imagen se quedó en la ermita de Santiago.
Debido a esto se cambiaron los nombres de la ermita de la Cruz, que al no estar el Crucifijo en ella se la puso bajo la advocación de Santa Elena.
La ermita de Santiago pasó a llamarse desde entonces ermita del Santísimo Cristo de las Batallas, y así se sigue llamando en la actualidad.
Ante esta sagrada imagen juraban los caballeros y tropas placentinas, defender la religión y la patria, cuando iban a entrar en combate contra los moros.
Las tropas placentinas entraban en combate al grito de: "PLASENCIA, POR SANTA MARIA"
Sobre esta imagen del Cristo de las Batallas hay una leyenda que dice que fue esculpida por un ángel o por el mismo Jesucristo.
También fue costumbre durante muchos años, que las mocitas de Plasencia fuesen a rezar el Credo durante treinta y tres martes delante de esta Sagrada Imagen, y así se les cumplirían sus deseos de amor.
Esta iglesia guarda una serie de santos que son muy populares entre la población, entre ellos están: Santa Rita, San Antonio, La Virgen de Fátima, Santiago,  San Judas Tadeo etc…
   

            En la base de la Cruz, se puede leer 
   "AQUÍ SE DIO SENTENCIA DE MUERTE A CRISTO".

            

             Jose Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado.

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EL COLEGIO DEL RIO.

  EL COLEGIO DEL RIO. El Renacimiento cultural placentino se apoya sobre cuatro pilares o instituciones docentes: La Cátedra de Gramática,...