CORIA: CAURA, CAURIA Y CAURIUM.
Fue
el escritor romano Plinio el viejo quién es su “Naturalis
Historia” nos da a conocer el
nombre de las ciudades que estaban adscritas al distrito “conventus” jurídico de Mérida dentro de la ordenación
que hicieron las autoridades romanas. Entre las ciudades que menciona cita a “Caura” y
que posteriormente los romanos latinizaron el nombre convirtiéndola en “Cauria”. Posteriormente
el geógrafo Ptolomeo, un siglo después cita a Coria, llamándola “Caurium”.
En
el 197 a.C., la República romana dividió al territorio español en dos
circunscripciones a la que llamó Hispania Citerior, la más cercana a Roma y la
Hispania Ulterior. Esta última en el año 27 a.C., el emperador Augusto dividió
la Hispania Ulterior en dos provincias a las que dominó Bética y Lusitania. A
la citerior le dio el nombre de Tarraconense.
Cuando los
romanos vinieron a España, había principalmente dos clases de población en
territorio Vetón, a los que los naturales llamaban “civitates”
y “gentes”.
Coria
por su situación geográfica, en toda su historia, ha sido cabecera de la actual
provincia de Cáceres y por su misma situación local gozó de una situación común
entre los castros vetones. Los romanos para crear sus ciudades seleccionaban
aquellos lugares que tenían la posibilidad de ser potenciados a puntos clave
que le sirvieran para administrar un territorio. A estos núcleos los
denominaron “oppida”, ciudad.
Coria
fue una ciudad fortificada durante la época vetona, los romanos transformaron
la fortaleza en una ciudad de diseño romano.
Tras
la conquista romana, “Caura”, paso a llamarse Castrum Cecilium Cauriensis”, en
el siglo I a de Cristo, por el Consul Cecilio Metello Pio, convirtiéndose en
una ciudad estipendaria, es decir que no gozaba de los privilegios romanos,
pero podía seguir teniendo su organización interna, y tenían que pagar
tributos. La estructura administrativa romana estaba basada en la urbanización
tanto de la ciudad como del territorio urbano dependiente de ella, pero en un principio,
y dado que los poblados indígenas no tenían tradición urbana y seguían viviendo
en sus característicos poblados se hacian pactos (foedus)
en cada ciudad, o mediante el simple sometimiento a Roma (deditio).
No
hay constancia documental, pero parece que Coria pasó a ser municipio de
derecho latino a partir del famoso edicto de Latinidad promulgado por
Vespasiano en el año 73 0 74. Así parece deducirse de la inscripción latina que
menciona a un cauriense adscrito a la tribu Quirina. Así costaba en una lapida
funeraria colocada en el pavimento de la catedral y que no hemos localizado.
L. VALERUS // QUIR //
SEVERINO // VALERIA.M.F. //MARCIA //MALITO
VALERIA
MARIA, HIJA DE MARITO, ERIGIÓ ESTE MONUMENTO A SU MARIDO, LUCIO VALERIO, DE LA
TRIBU DE QUIRINA[i].
Lucius
Valerius Severino es uno de los casos de ciudadanos romano adscrito a la
Quirina tribu, documentados en Caurium; el otro procede de la cercana localidad
de Holguera. Por la presencia de la tribu Quirina se fecharía esta laude
sepulcral a finales del siglo I o primros
del II después de Cristo.[ii]
Así,
Coria fue reconstruida, según las nuevas formas de concebir la ciudad romana,
que se delineaba y construida según las exigencias topográficas del lugar. Los
romanos no planificaron Coria como ciudad amurallada, pues este pasó a ser
ciudad romana en los años 73 mas o menos y la muralla no fue construida hasta
finales del siglo III y principios del IV.
La
fundación de toda ciudad romana se realizaba mediante un acto religioso, el “augur”, o
sacerdote especializado en estas funciones, trazaba con su vara dos rayas
perpendiculares, en el lugar elegido para levantar la ciudad. Una raya llevaba
sentido Norte- Sur, y otra se marcaba en sentido Este- Oeste, posteriormente
encerraba la cruz señalada en un cuadro rectángulo, que seria el centro de la
ciudad y en este centro se construía el templo.
Después
de este primer rito, el augur tomaba
una junta de bueyes con arado de bronce y señalaba el recinto total de la
ciudad.
También
se marcaban las calles principales de la ciudad, una llamada “Kardo” de dirección norte sur, la
otra “decumanus”, de dirección
este-oeste. En la intersección de estas dos, se establecía el foro, que
era la plaza y en este se celebraba el mercado, se discutían los asuntos, y se
administraba justicia.
Coria
fue ciudad fortificada durante la época vetona, después de un largo periodo de
vida romanizada, los romanos amurallaron la ciudad, muralla que llevaba
intercaladas a lo largo de un muro una serie de torres cuadradas para dar mas
seguridad al sistema defensivo creado, Las torres tienen una separación entre
20 y 30 metros.
Las
murallas de Coria tienen un espesor de más de cuatro metros de ancho, la parte
externa de la pared son de sillería y el interior de estas está hecho de un
mortero de piedras rodadas de río y cal. La altura oscila entre diez y catorce
metros, variación debida a la exigencia del terreno[iii].
Esta
muralla de época romana es una de la mejor conservadas de Españas siendo un
magnifico ejemplar de la arquitectura militar romana, y como tal, su calidad
constructiva la hizo infranqueable durante siglos de historia. Los numerosos
asedios a la que fue sometida conllevarían a la necesidad de mantenimiento de
esta en las diferentes épocas de su historia. Es posible que tanto el trazado
como algunos lienzos sean de factura tardo romana, si bien muy modificados
incluso rehecho después de la conquista musulmana.
Actualmente se conservan cuatro puertas de acceso, de las cuales dos son de origen romano. Son las que se conocen como Puerta de la Guía o Puerta de la Estrella (fue modificada en el siglo XVI colocando en la parte superior un escudo de los Duques de Alba, Señores de Coria, y una imagen de la Virgen de la Guía, de ahí su nombre) y la otra como Puerta de San Pedro, o Puerta del Sol o Puerta Corredera.
Las
otras dos, llamadas Puerta de San Francisco ( también llamada Puerta de la Cava, o Puerta del
Rollo fue abierta en el siglo XVI junto al foso o cava del Castillo de Coria,
conectando la plaza del rollo con el conjunto histórico artístico) y Puerta del Carmen (o
Puerta Nueva, abierta en el siglo XVI para comunicar los arrabales del Carmen y
San Francisco), no son romanas, como se deduce de la documentación de
Aguado Bleye[iv]
fueron abiertas después de finalizada la Edad Media, y a partir de unas
agujeros que se habían practicado para facilitar la salida y entradas de sus
habitantes.
Cada
puerta esta franqueada por dos torres cuadradas, el arco de entrada de estas es
de medio punto y su paso está cubierto de bóveda de medio cañón. Para la
construcción de la muralla se aprovecharon multitud de piedras de sillería con
inscripciones que procedían, bien de sepulturas o de aras votivas o de
distintas edificaciones. El departamento de Historia Antigua de la Universidad
de Extremadura reeditó un nuevo Corpus de Inscripciones Latinas de la zona de Coria,
en el que colaboré con Julio Esteban Ortega profesor de este departamento, y en
el que detallamos y transcribimos cada una de estas inscripciones empotradas en
la muralla.[v].
José Antonio Pajuelo Jiménez
"CREANDO CULTURA"
[i] Velo y
Nieto, G CORIA, Bosquejo histórico de et ciudad y su comarca. pag.238. Madrid –
1947
[iii]
Iglesias Hernández. Miguel. EL AYER DE
CORIA. Colección de Temas Caurienses. Volumen 9.
[iv] Aguado
Bleye, Pedro. Manual de historia de España. Tomo I. Pag.279. Madrid 1958.
[v] Obra
cit.. Julio Esteban Ortega. Univ, Extremadura.
Muy interesante padre! 😘
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