EL PUENTE
DE ALCÁNTARA. II
Este puente debió de
permanecer intacto hasta el siglo XIII. Cuando, con el avance de la reconquista
sufriera las primeras destrucciones que, sucesivamente irían incidiendo sobre
él hasta el siglo pasado. Cuando Alfonso IX tpmó definitivamente Alcántara, el
puente al parecer quedó roto, no se sabe si por acción de los cristianos o de
los musulmanes. Posteriormente en todas las luchas sucesivas entre Castilla y
Portugal, Alcántara fue un importante punto de fricción. Se documenta como
dato que significa, la consideración del
puente, que estando cercada la villa por los portugueses en tiempos de los
Reyes Católicos, el rey Alfonso V, sabiendo que Alcántara iba a cortar el
puente, levanto el cerco porque no quería el reino de Castilla con aquel
edificio menos.
La primera reconstrucción
se hizo durante el reinado de Carlos V estando las obras bien documentadas.
Fueron reparados los destrozos de la fábrica y el puente, que había constituido
una autentica fortaleza en la Edad Media.
Las obras se llevaron a cabo por el maestro Martin López entre 1532 y 1543, siendo supervisadas por los grandes arquitectos Pedro de Ibarra y Esteban de Lezcano, aún en el siglo XVI se efectúa una segunda reforma, adjudicada a Diego de Castañeda, que finalizaron Pedro de Villegas y Sebastián de Aguirre en 1577. Como conmemoración de la restauración se pusieron en el arco honorifico del puente tres inscripciones situadas en las jambas y un escudo imperial en el frente sur del arco bajos las almenas de coronamientos, que son obra también de este momento.
En el siglo XVIII, cuando estalló la guerra de sucesión, Alcántara fue punto fronterizo afectado en las luchas de España y Portugal. Cuando los portugueses se retiraron de Alcántara, trataron de volar sin éxito el segundo arco de la orilla derecha, afectando la explosión a los paramentos del arco, que en parte cayeron y a los pretiles, así como al núcleo de la fábrica, que empezó a presentar grietas en el arco honorifico. El puente se volvió a consolidar en tiempos de Carlos III, y el dibujo que recoge Laborde se hizo sobre la obra recién terminada.
En la guerra de la
Independencia para impedir el paso de las tropas francesas, los aliados
destruyeron el segundo arco de la orilla derecha en 1809. Y así permaneció, con
un enlace de madera, que además fue quemado ante la amenaza de los carlistas
sobre Alcántara en 1818, hasta que a mediados del siglo XIX se llevó a cabo la
última y definitiva restauración, estudiada a fondo por la investigadora
Rodríguez Pulgar.
Partió la propuesta de la
Real Academia de la Historia, que encomendó la obra al Cuerpos de Ingenieros de
Caminos, siendo director de las mismas D. Alejandro Millán. Fue construido el
arco que había sido volado, se consolidó toda la fábrica haciéndose un rejunte
de sillares, se dispuso en su sitio el arco honorifico que había sido
desmontado al temerse que la pila central pudiera desplomarse, se pavimentó al
calzada y se complementó el puente con las avenidas que hoy existen en sus
extremos.
La reconstrucción consta
en el arco conmemorativo dentro de una lapida situada en la jamba derecha del
puente norte, que alude al reinado de Isabel II, disponiéndose además en el
remate de este frente un escudo real de este mismo momento. L citada lápida de
Isabel II y otra nueva que se hizo sobre la primitiva, que daba constancia de
los municipios romanos que participaron en la obra, desplazaron a una de las
inscripciones conmemorativas de Carlos V y a la única original que allí
quedaba, que se dispusieron en el interior del arco.
El arco, de esta manera,
completa su significación recogiendo los documentos memorables de la historia
del puente. Originalmente fue el arco honorifico en el que constaba la
dedicación del puente a Trajano y el nombre de los municipio que lo
construyeron. La inscripción dedicatoria que se repite en cada frontispicio del
arco dice:
Imp(eratori)· Caesari· divi· Nervae· f(ili)
Nervae
Traiano· Aug(usto)· Germ(anico)·
Dacico· pontif(ici· max(imo)
trib(unicia)·potes(tate)· VIII·
imp(eratori) V· cons(uli)· p(atri)·
“Al Emperador Cesar, hijo
del divo Cesar, Trajano, Augusto, Germánico, Dácico pontífice máximo, con la
octava potestad tribunicia, emperador por VIII vez y cónsul por vez V, padre de
la patria”
Tiene además de fijar la
fecha de la construcción 103 y 104 después de Cristo en los que coinciden los
ordinales de las magistraturas del Emperador del Emperador que aquí se
registra. En el último estudio de Liz Guiral se adelantan las fechas de inicio
de la construcción hasta el año 75.
De las inscripciones de
los municipios constructores solo queda la que, ilegible, se sitúa en el
interior del arco. Su contenido lo conocemos por manuscritos escritos por
historiadores de épocas pasadas. En origen se encontraba en el frente de unas
de las jambas y es posible que se
complementara con otras tres inscripciones cuyo contenido aún se ignora, tal
vez prolongara la lista de los municipios o repitiera el contenido de la que se
conoce.
Fotofrafia 1.- Grabado de Serra Casal.
Forografía 2 y 3. Archivo de la Biblioteca Nacional de España.
Fotografía 4.- de Alejandro Millán
José Antonio Pajuelo Jiménez.
"CREANDO CULTURA".
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