sábado, 4 de abril de 2020

LA ICONOGRAFÍA CRISTIANA

LA ICONOGRAFÍA CRISTIANA.

El historiador romano Tácito se refería al cristianismo como una “superstición mortal” y Plinio el Joven la denominase “una superstición llevada a extravagantes extremos”. La impresión del que el cristianismo era un culto extranjero profundamente en desacuerdo con los intereses romanos crecía y desembocó en el siglo III d.C. en un fuerte aumento de la discriminación de los cristianos.
Del mismo modo que Domiciano había rechazado cualquier culto que se negara al reconocer al emperador como dominus et deus (Señor y Dios), y también el emperador Decio ordenó en el 250 d.C. y bajo pena de muerte que todos los ciudadanos obtuvieran el libellus, un certificado de haber realizado un sacrificio a los dioses romanos. Decenas de cristianos lo presentaron. Los que se negaron a cumplir, incluido el papa Fabián, el vigésimo papa desde Pedro, fueron ejecutados.


En respuesta a esta opresión, los cristianos desarrollaron emblemas y símbolos secretos para identificarse como miembros del rebaño. Uno de esos emblemas era el símbolo ichthys – palabra griega para “pez”- representada como una palabra o la forma esterilizada de un pez. Aunque inocuo a simple vista, el símbolo tenía un doble significado. El pez significaba la tarea apostolica de servir como “pescadores de hombres”, y la palabra ICHTHYS servía como acrónimo griego de la frase Iesous (Jesús) Christos (Cristos), Theou (Dios),Yios (Hijo), Soter (Salvador).
Otro logotipo aparentemente inocente fueron los caracteres griegos gemelos A (Alfa), y omega, basados en la afirmación “Yo soy Alfa y Omega”, el primero y el último, el principio y el fin”. (Apocalipsis 22,13).
Muestra el símbolo ji ro- las primeras dos iniciales de Cristo, así como el alfa y omega

La cruz, hoy día signo universal del cristianismo, fue un desarrollo posterior, tal vez porque en Roma la cruz todavía servía como instrumento de castigo, reservado para los peores delincuentes. Tertuliano que escribió a principios del siglo III, se refería a la comunidad cristiana como crucis religiosi, o “devotos de la cruz”. El crucifijo, la representación de una figura unida a la cruz, no se consolidó hasta el siglo V. d.C.

Al mismo tiempo, los cristianos comenzaron a imaginar el aspecto que podía haber tenido Jesús. En el mundo judío, en que estaba prohibido la representación de personas y animales, esta cuestión era, por supuesto, prohibida; razón por lo cual no ha sobrevivido ninguna imagen contemporánea de Jesús, que vivió y predicó en un ambiente devoto donde se respetaban escrupulosamente los preceptos del Torá.
Pero los cristianos gentiles no albergaban semejante rechazo. Habían sido criados en una cultura donde los dioses griegos y romanos eran glorificados de forma humana, en pinturas y esculturas, precisamente porque la perfección de su belleza física los identificaba como divinos. Como europeos, los gentiles no compartían los efímeros misterios de Oriente. Mientras que los judíos palestinos se contentaban con contemplar lo divino en términos trascendentes e intangibles, los gentiles anhelaban una manifestación física de Dios a quien adorar.

Así, las primeras manifestaciones de Jesús y los apóstoles aparecen en frescos de las húmedas paredes de las catacumbas en la que los cristianos solían enterrarse. La mayoría de los cristianos no seguían la practica romana de la cremación, en parte por que creían que el cuerpo de los fieles resucitaría el día del Juicio Final. El problema era donde enterrar a los muertos, dado que en el cristianismo no se toleraba oficialmente y se prohibía cualquier forma de entierro humano dentro de los límites de la ciudad.


En respuesta, muchos cristianos recurrieron a las cámaras funerarias conocidas como catacumbas, que ya estaban en uso como lugar de entierro para los pobres. En las catacumbas de la Vía Latina, por ejemplo, descubierta en 1955, los arqueólogos descubrieron una serie de coloridos frescos que representan a Jesús pronunciando su Sermón de la Montaña a un grupo de seguidores vestidos con toga. 
Catacumbas de Domitila. Roma
Solo en Roma se han identificado más de 60 redes de catacumbas, algunas equipadas con múltiples galerías a una profundidad de 20 metros. Adornadas a menudo con escenas de las escrituras hebreas y de los evangelios.
La vivida pincelada de estas pinturas está totalmente en línea con el estilo del retrato romano del siglo I. d.C. A partir de estos humildes comienzos surgiría la iconografía formal de Cristo.

Biografía: Arqueología de la Biblia. Revista Historia. N.G. Parte 2.
Imagenes de internet.

José Antonio Pajuelo Jiménez. 
              
                                         “CREANDO CULTURAL”

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