EL TESORO DE ALISEDA
El tesoro de Aliseda, compuesto
fundamentalmente por joyas de oro, está vinculado a la cultura tartésica y
supone un material de primer orden para el estudio de los profundos cambios
surgidos en esta cultura autóctona, como consecuencia de la presencia fenicia
en las costas del suroeste peninsular, al menos desde inicios del siglo IX
antes de Cristo.
Este interesante conjunto de
valiosas joyas y objetos vinculados a la cultura tartésica se conoce con el
nombre de la localidad donde se encontró: Tesoro de Aliseda, u está fechado
entre finales del siglo VII y principios del VI a.C. Las diversas joyas que lo
componen (anillos, pulseras, diademas, cinturón, arracadas) son adornos
personales, por lo general femeninos, y presentan decoraciones de inspiración
oriental, como palmetas, rosetas, flores de loto, héroe luchando con un león,
etc.
Para su fabricación y decoración,
se utilizaron técnicas de de tradición indígena (laminado y repujado) y también
otras nuevas introducidas por los fenicios, como la soldadura, la filigrana
(diadema) y el granulado (cinturón). Con el tiempo los propios artesanos
locales crearon modelos de gran belleza, como arracadas y diademas desconocidos
en la joyería fenicia.
Además componen el tesoro otros
objetos: un brasero, dos vasos de plata, un espejo de bronce y una jarrita de
vidrio importada de Egipto.
Este Tesoro pudo ser el ajuar de
una mujer perteneciente a la élite local enterrada en una tumba principesca, el
conjunto ritual de un espacio sagrado vinculado a una comunidad o a un linaje,
o simplemente, una acumulación de riqueza oculta ante una situación de peligro.
El tesoro refleja la influencia
orientalizante de la cultura fenicia en diversos ámbitos de la cultura de las
poblaciones autóctonas, qué llegaron a apreciar más el oro por la tecnología
utilizada que por su valor intrínseco y que asumieron como propias o reinterpretaron
unas creencias de compleja significación y unos símbolos y una iconografía que,
por su fuerza simbólica, daban al oro un significado mayor de poder e
influencia socio-política a sus propietarios.
En la localidad de Aliseda (Cáceres)
se puede contemplar una reproducción del Tesoro que se hallo eL 29 de febrero 1920 y que
actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico nacional,. La reproducción se
ha hecho a una escala superior. Está compuesto por unas trescientas piezas de
adorno en oro y diversos objetos de plata vidrio y bronce. No todas la piezas
agrupadas en el tesoro son de la misma época, aunque pudieran proceder de una
misma tumba o receptáculo.
El Jarrito de Vidrio, José Ramón
Mélida lo describe como “fragmento (compuesto de dos pedazos pegados) de un
vaso de vidrio verde, de paredes gruesas, con una inscripción en caracteres jeroglíficos
egipcios trazada en torno del arranque del cuello y en este dos sellos ambos
incompletos.
Está tallado en cristal natural. Su
boca tiene forma trilobulada. El arranque del asa está hendido por un surco. El
aro en relieve separa el cuello del cuerpo. La tipología es de procedencia
fenicia y se repite a lo largo del Mediterraneo, en piezas de plata, de bronce
y de cerámica.
Los signos jeroglíficos están bien
grabados, la primera cartela o sello se ve coronada por las plumas de avestruz.
La inscripción que hay completa tiene una palabra de sentido místico no interpretable.
La segunda cartela, la inscripción aparece incompleta por rotura, por lo que
faltan signos; se ven las piernas de lo que sería una figura sentada.
La inscripción del cuerpo del
vaso, resulta confusa, faltando elementos necesarios. La lectura no tiene
sentido aunque se adivina un texto religioso.
El jarro tras repasar diversas
culturas, fueron utilizados para libaciones o para el lavado ceremonial de las
manos. Almagro Gorbea los ve relacionados con el vino o los perfumes-
Biografía: Almagro Gorbea M. El
bronce final y el periodo Orientalizante en Extremadura.
Celtiberia.net.
Fotografias del M.A.N
José Antonio Pajuelo Jimenez.
"CREANDO CULTURA".
No hay comentarios:
Publicar un comentario